Terror en la Oscuridad | Otro inútil e innecesario remake

En 2007, los franceses Julien Maury y Alexandre Bustillo dirigen À l'intérieur (bautizada en México como Instinto Siniestro), un filme de suspenso y horror suscrito al subgénero del home invasion, en el cual la presencia de un o unos extraños al interior de una casa, ponen en peligro la vida e integridad de sus moradores. Aquí, se trataba de una mujer embarazada quien vive sola y que durante una noche es acosada y atacada violentamente por una escalofriante mujer quien quiere arrebatarle a su bebé.

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La película fue buen recibida por la critica especializada, y se volvió un largometraje de culto, por sus cualidades particulares: un relato desquiciante, con un crudo pero estilizado uso de la violencia y el gore, el cual debía buena parte de su efectividad a la inquietante y psicotrónica presencia de la actriz Béatrice Dalle (Sangre Caníbal, 2001; El tiempo del lobo, 2003) como la enloquecida acosadora. Pero sobre todo, por considerarla como una obra perteneciente a la llamada Nueva Ola del Cine Extremo Francés, muy en boga en esos tiempos gracias a trabajos como Viólame (2000), Irreversible - 57%, La frontera del miedo (2008) y otros.

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Tras años de gestionar la posibilidad de hacer un remake de Instinto Siniestro para el mercado estadounidense, en 2015 se da a conocer que tal proyecto sí se llevará a cabo, a partir de un guión del español Jaume Balagueró (cineasta, guionista y creador de la franquicia [Rec] - 90%) y con la dirección del también hispano Miguel Ángel Vivas, bajo el título Inside (bendecida en español como Terror en la Oscuridad - 35%).

La trama de esta nueva versión es prácticamente igual a la de la anterior: una mujer en espera de un bebé, sufre un accidente automovilístico tras el cual pierde a su esposo. Tiempo después, ella se encuentra viviendo sola y a días de dar a luz -lo que la hace sentir un tanto vulnerable e insegura respecto a su inminente maternidad-. Una noche, a la puerta de su hogar llega una misteriosa mujer, quien solicita le preste su teléfono para hacer una llamada de emergencia. Ese es el inicio de una velada pesadillesca, donde la extraña no solo logra penetrar a su domicilio, sino que revela su intención de arrebatarle a su pequeñuelo.

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El guión de Balagueró añade algunos detalles para intentar potenciar el suspenso y justificar algunas escenas, como el hecho de que la futura madre, a raíz del accidente; perdió el oído y necesita de un aparato auditivo para poder escuchar. Pero fuera de eso, es prácticamente una copia al carbón de la original. Una copia muy borrosa y desdibujada.
Esto es culpa no solo de un increíblemente plano y nada innovador guión, sino a la pobre y poco inspirada labor del realizador, cuyas limitaciones para crear historias de suspenso fueron evidenciadas previamente en su filme Secuestrados (2010).

A pesar de calcarlo casi cuadro por cuadro, Vivas no solo no consigue captar la intensidad, impacto gráfico y atmósfera anómala y malévola del original, sino que las escenas -sobre todos aquellas clave para la narración- están ejecutadas con tal torpeza y anticipación, que cualquier posibilidad de crear suspenso o angustia en el espectador se diluye rápidamente, para dar paso al humor involuntario. La manera en que la trama se desarrolla es tan burda y poco natural, que esta en realidad avanza gracias al comportamiento increíblemente ridículo o la exasperante idiotez de sus personajes.

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Y peor aún: pensando en hacer algo ad hoc al público norteamericano, la brutal violencia gráfica y el gore que constituían el sello principal de Instinto siniestro, aquí son minimizados y hasta suavizados, constriñéndolo a una inaudita mojigatería, despojándole de todo indicio oscuro o revulsivo, para dejarlo en un mero producto genérico, demasiado convencional y mediocre con un desenlace anticlimático y que peca de conservador.

Tristemente para Jaume Balagueró, Terror en la Oscuridad - 35% esta destinada a correr la misma suerte que Cuarentena - 58%, la adaptación estadounidense de su película[Rec] - 90%: irse directo al olvido, y hacer de cuenta que nunca existió.

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