GIFF 2017: lecciones de cine de Fatih Akin

Fatih Akin tiene 43 años, y aunque él no termina de creer que ya merecía un homenaje por su aporte en el séptimo arte, se dejó festejar en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato. En el currículo de Akin no solo brilla su trilogía sobre “el amor, la muerte y el diablo”, conformada por El Padre (2014), Contra la Pared - 90%, y The Edge Of Heaven (2007), un retrato devastador sobre la guerra, los desplazados, y los amores destructivos, también historias con una tesitura menos trágica, comedias como Soul Kitchen (2009), y de corte juvenil como Goodbye Berlín (2016), además de sus premios. Ahí el Oso de Oro del Festival de Cine de Berlín, por Contra la Pared - 90% en 2004, su León de Plata 2009, gracias a Soul Kitchen. Ayer, el director dio una master class en el Teatro Cervantes en Guanajuato. En la charla habló de sus inicios, sus influencias, y explicó su profesión.

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Akin también contó de su amistad con Guillermo Arriaga, de cómo los consejos del guionista y director mexicano le ayudaron a pulir el libreto de The Edge Of Heaven:

Tenía mucha obsesión por el tema del tiempo en el cine. No sé, comenzar a contar la historia por el final, o a la mitad de la historia. Para mí uno de los que mejor lo hizo fue Guillermo Arriaga. Por ejemplo, Amores Perros - 92% me impactó muchísimo, y desde entonces creo que si hubo una gran influencia en cada detalle y secuencia de esa película. Tuve la oportunidad de conocer a Guillermo Arriaga, nos caímos bien, nos respetamos. Cuando visite México, porque parte de la familia de mi esposa es mexicana, visité a Guillermo en la Ciudad de México y le llevé el guión de una de mis películas, lo leyó, me dio consejos. Nos encontramos otras veces en París, cada vez que él iba a Europa. Me ayudó muchísimo con esa película que era The Edge Of Heaven (2007), puedo decir que es de mis cintas en dónde si se juega con el tiempo, y me fue muy bien en Cannes con esa película. Recuerdo que al mismo tiempo él estaba con The Burning Plain (2008), y se llevó el premio al Mejor Guión. Entonces somos como hermanos.

Mencionó su admiración por el cine de Martin Scorsese y la influencia del director de Taxi Driver - 98% en su trabajo:

Cuando era adolescente hice una lista de todas las películas de Scorsese que tenía que ver. Eso fue antes del DVD y el streaming. Entonces cuando tenía la oportunidad de ver una película de él o conseguir todas las que podía las atesoraba y las iba viendo a los largo de todo el año. Cuando hice mi primera película que era Corto y con filo (Kurz und schmerzlos, 1998), descubrí Calles Peligrosas (1973), no era que quisiera hacer una película como esa. Me llamaba la atención que tenía que ver con italianos, inmigrantes, sobre la vida en la calle con gente corrupta, de religión, me pude identificar mucho con eso. Me consolaba que un cineasta que admiraba pudiera entender que la religión era parte del cine, que tus antecedentes étnicos pueden ser parte del cine. Mi primera cinta tuvo mucha inspiración en Calles Peligrosas - 98% (Mean Streets).

Akin define su trabajo como una constante de reveses que deben suceder para que una película sea buena:

Hay una sabiduría extraña en el cine. Cuándo más sufres la película resulta mejor. Me ha pasado que cuando los rodajes son relajados sin tantas complicaciones, la película no sale tan buena. No sé, tienes que experimentar las cosas y vivirlas en carne propia.

A Fatik Akin siempre le han atraído los personajes perdedores, los antihéroes afligidos, muchos de ellos extraídos de los recuerdos de su adolescencia:

Crecí en los 80 y en esa década los lugares para rentar películas estaban llenas de filmes estadounidenses. Las películas alemanas siempre las veía en la televisión abierta de Hamburgo, sobre todo clásicos. Las cintas turcas, las iraníes, las de artes marciales, las descubrí después, tenía 18 o 19 años y sigo viendo un montón de cosas, y me inspiran y debo decir que amo el cine porque descubrí que podía contar historias. Si no hiciera películas tal vez estaría en la literatura. No crea que haría algo sofisticado, prefiero las cosas sencillas, las cosas que pasan en cualquier lado, de ahí tomo muchas cosas, pero las transformó de un modo que se vuelvan mías. Crecí y conviví con gente ruda, dura. Muchos personajes de mis películas tienen características de esos muchachos. Por ejemplo Gabriel, está inspirado en mi mejor amigo. Yo nunca logré integrarme a las bandas. De entrada no tenía lo que necesitaban, era flacucho, usaba lentes y aunque si era un ambiente peligroso siempre tuve la fortuna de caerle bien a todos. Para ellos era el cineasta loco porque cuando era adolescente, tenía una cámara e hice muchos cortometrajes sobre ellos, sobre pandilleros y eso les gustó. Les agradó que hubiera algo que les representara, fue una manera de que no me golpearan.

Sobre el tema del destino, los personajes encarcelados y el tema de la libertad, cree que tiene que ver con un deseo de representar la ausencia de ella, la belleza de ser libre:

Cuando hice Im July (2000), que fue mi segunda película estaba como muy inmerso en indagar sobre el destino y cómo te afectaba o alcanzaba. Después de Contra la Pared ya estaba más aterrizado. Me interesaba indagar sobre el realismo y ese tipo de cosas. Que muchos de mis personajes terminen en prisión quizás tiene que ver con el deseo que yo tengo de alejarme y tener más tiempo de leer y ver todas las películas que no he podido. El tema generalmente en mis películas es la libertad, poder representarla y la ausencia de ella puede darle cierto valor a ese sentimiento. Esa es quizás la razón por la que hay gente que encarcelada o condenada a algo.

Akin define la dirección de actores como una cuestión colaborativa en la que él no trata de imponer su voluntad:

El trabajo de dirección depende, en mi caso, del actor. A veces tienes a un actor que tiene un potencial fantástico, una apariencia maravillosa, pero quizás no es muy inteligente entonces tienes que explicarle absolutamente todo: caminas hacia allá, dices está línea exactamente aquí, a veces, cuando el actor tiene estas limitaciones tienes que trabajar muy de cerca y guiarlo. Otras, tienes intérpretes que ya tiene trabajado a su persona y tiene iniciativa y llegan con un plan y me lo muestran, y si es algo que tiene sentido, como Diane Kruger, y por supuesto que dejo que echen andar eso. Depende mucho del actor. Hice mi primer largometraje hace mucho tiempo, pero siempre tuve muy claro que necesitaba escuchar a mis actores. A mí no me interesa que técnicas utilice el actor para imbuirse en su personaje. Sigo mezclando a actores profesionales con no actores. En En La Penumbra - 69%, el juez, el fiscal y algunos de los policías son reales. Eso le permitió a Diane tener esa autenticidad. Sabía que estaba rodeada de gente real. La música para mí es clave para poder reflejar la emoción correcta, el estado anímico correcto.

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Entre otras revelaciones habló de su nueva película, de lo que buscaba plasmar con esta historia, y de porque no haría una serie de televisión:

In The Fade tiene que ver con la gente que se queda. Con las víctimas, muertas con sus familiares. Más que el contexto político lo que buscaba era representar la pérdida. Tiene que ver con venganza, ese es uno de los elementos de la película. El tema de la venganza está muy arraigado en el medio oriente. No tengo la paciencia para escribir y dirigir una serie. Me gustaría seguir con la magia y la belleza del cine.

Entre las anécdotas que ayer contó Fatih Akin en su master class, compartió cómo es su proceso creativo y del anhelo de abordar una ficción sobre boxeo:

Casi siempre yo hago mi primer borrador en solitario, y tengo gente que da consejos y a veces me dan tantos que les doy su crédito. Creo que el boxeo es muy visual, de ahí que yo hiciera box. Me encantaría hacer una película sobre ese deporte. También era DJ. Me llamaba Django, ahora me dicen Radio Bombero y cada vez lo hago menos porque la vejez llega y mejor lo hago de manera privada.

Aquí pueden ver la conferencia magistral completa:

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