El servicio MoviePass busca posicionarse como una importante opción para conectar a usuarios estadounidenses con la industria del cine. El servicio permite a sus suscriptores ver todas las películas que quieran por solo US$10 al mes en las salas de cine tradicionales. Para muchas personas esta opción puede ser una bendición pero la realidad es que otros difícilmente van tantas veces al cine. Ni hablar que con Netflix y otras opciones más económicas y con mayor diversidad la ida al cine cada día se vuelve algo más obsoleto para varios habitantes del país del norte.
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Sin embargo, la industria del cine del norte no está muy segura de que MoviePass realmente pueda traer tanto público a las salas de cine. El servicio opera en la mayoría de los cines pero viene con ciertas restricciones. Deja fuera estrenos en 3-D e Imax, con lo que algo como Dunkerque - 
92% queda fuera del rango de opciones. Además, si un grupo de personas quiere ir al cine cada uno debe comprar su boleto de manera individual. Ni hablar que varios usuarios comentan que MoviePass tarda en responder o simplemente no lo hace.
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A pesar de todo esto, la oferta de poder ver todo el cine que uno quiera por diez dólares al mes ha llamado bastante la atención. MoviePass reveló la semana pasada que ha recibido medio millón de suscriptores en menos de un mes, con lo que han logrado un total de dos millones. Hay personas como Cassie Langdon, una mujer de 28 años de Indianapolis, quien ha comentado que sin esta promoción difícilmente vería tanto cine. Langdon también le ha dado oportunidad a cintas independientes que se alejan del formato del blockbuster. Películas que han sido nominadas al Óscar como Lady Bird - 97% y Llámame Por Tu Nombre - 97% se han beneficiado del servicio y han logrado atraer público que de otra manera no tendrían.
Ahora, por el lado negativo, MoviePass tiene que tragarse ciertos gastos, como cuando la gente adquiere el boleto pero no asiste a la sala de cine y solo quería usar el baño de las instalaciones. Analistas prevén que el futuro de la compañía es incierto, esto debido a la naturaleza errática de sus ingresos e inversiones. La membresía opera como la de un gimnasio y previene que los usuarios se registren de nuevo por nueve meses luego de cancelar el servicio.
Los cines temen que eventualmente la gente se canse del servicio o enfoquen sus quejas de MoviePass a las cadenas de cines de todo el país. El CEO de AMC, Adam Aron, ha dicho que el modelo de MoviePass es insostenible. Los segundos respondieron con excluir salas de AMC de ciudades tan movidas como Nueva York y Los Ángeles. Esto solo dejó a los usuarios confundidos y molestos tanto con AMC como con MoviePass. Este conflicto de intereses entre ambos tendrá que ser dejado a un lado si se busca un modelo y estrategia que beneficie a todos. La otra cruda realidad: si el producto fílmico creado por Hollywood no atrae a la gente, sin importar que tantas promociones se realicen, el respetable preferirá quedarse en casa y ver algo en Netflix que pagar por ver algún redundante blockbuster de Hollywood. En estos momentos Pantera Negra - 90% arrasa con las preventas de boletos, pero no todo se puede resumir a cintas de superhéroes.
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