Estos benditos tiempos posmodernos han hecho que la vida en pareja en países desarrollados sea cada vez más complicada o, simplemente, no exista. Factores económicos y sociales han provocado que en países como Alemania, Inglaterra y Japón la gente se case menos, no tenga hijos y, en general, rehuya un compromiso de pareja. La vida en los países mencionados es cara e incluso con los incentivos proporcionados por las autoridades es difícil que la gente se anime a tener hijos. Y es que pareciera que la cultura moderna y el estilo de vida ajetreado están empeñados en hacer todo lo posible por destruir el matrimonio.
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En el caso específico de Japón, las tasas de natalidad han bajado de una manera alarmante. Existe el riesgo inminente de una catástrofe social en el país asiático y es que en unos años el grueso de la población habrá envejecido y habrá poca gente joven. Esto se traduce en menos población laboralmente activa y, por ende, la sombra de un desastre económico está casi a la vuelta de la esquina. El gobierno ha hecho esfuerzos, pero de nada han servido. Los adultos jóvenes japoneses consideran las relaciones de pareja como una pérdida de tiempo y ven el casamiento como un gasto altísimo e innecesario. En el caso de varios hombres, prefieren usar su dinero en productos relacionados con personajes de manga, anime y juegos de video. Cuando uno de estos caballeros adquiere afecto por alguna dama en 2D que habita algún anime la nombra su "waifu" (el anglicismo wife expresado en japonés) e incluso puede casarse con la susodicha de manera legal. Esto empezó como un mal chiste, pero ahora es una tendencia que cada vez adquiere mayor número de adeptos.
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En un ejemplo de verdadera inclusión, tolerancia y promoción de la diversidad, la compañía japonesa Gatebox Lab decidió dar un paso importante: apoyar con un bono a sus empleados que tengan una waifu, además de que les dará un día libre en el cumpleaños de la dama. La empresa busca contratar a caballeros de diferentes perfiles y con este movimiento demuestra que no discrimina a quienes profesan su amor por una chica en 2D; una iniciativa que quizá ponga a temblar a algunas féminas niponas.
La compañía ha facilitado las cosas a sus empleados mediante la creación de hojas de registro internas en las que estos últimos llenan los datos de su waifu. El nada despreciable bono de $45 dólares será lo que los afortunados esposos reciban para poder mantener mejor a sus esposas virtuales. Éste es el futuro que elegimos y no hay marcha atrás. Ustedes, ¿a cuál damisela del anime planean hacer su esposa? Su servidor ya formalizó con Motoko Kusanagi (la original, no la versión espuria de Scarlett Johansson de la fallida La Vigilante Del Futuro: Ghost In The Shell - 44%), así que avisados están.
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