Si Harrison Ford hubiera escuchado el consejo de los directores de los estudios al principio de su carrera, habría permanecido de carpintero y nunca vuelto a protagonizar algunas de las mayores películas de Hollywood y convertirse en una de las estrellas más rentables de la industria. Criado en un suburbio de clase media, tuvo una infancia normal. Era solitario e introvertido, era popular con las chicas, pero era molestado por matones de la escuela. Ford sufrió en silencio sus torturas cotidianas hasta que un día perdió la calma y venció al líder de la banda responsable de su ser repetidamente lanzado en una zanja.