Dos de las trilogías más exitosas de la cultura pop de nuestro tiempo fueron sucedidas por trilogías de secuelas que decepcionaron a muchos, Star Wars y El Señor de los Anillos, pero ¿a cuál de las dos le fue peor con las precuelas? Aquí trataremos de analizar los aspectos positivos y negativos de ambas y trataremos de responder cuál merece ser considerada peor.
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La segunda trilogía de Star Wars fue escrita y dirigida por George Lucas y está compuesta por Star Wars: Episodio I - La Amenaza Fantasma - 55% (1999), Star Wars: Episodio II - El ataque de los clones - 66% (2002) y Star Wars: Episodio III - La Venganza de los Sith - 79% (2005).
La trilogía de El Hobbit fue dirigida por Peter Jackson y fue basada en la novela homónima de J.R.R. Tolkien , aunque estirada a más no poder para dar lugar a tres películas: El Hobbit: Un viaje inesperado - 64%, El Hobbit: La Desolación de Smaug - 75% y El Hobbit: La Batalla De Los Cinco Ejércitos - 60%.
Impacto en la cultura popular y anticipación
Star Wars fue uno de los fenómenos cinematográficos con mayor impacto en la historia pues Star Wars: Episodio IV - Una Nueva Esperanza - 93% no solo se convirtió en la cinta más taquillera de su tiempo, también dio origen a un culto e influyó de forma importante en la ciencia ficción de las siguientes décadas. Entre el estreno de la última entrega de la saga, Star Wars: Episodio VI - El Regreso del Jedi - 80% (1983), y el primer episodio de las precuelas pasaron 16 años, suficiente tiempo para que los fanáticos generaran expectativas muy difíciles de cumplir. Se trataba de contar la historia de Darth Vader y George Lucas no pudo complacer a su audiencia, los niños y adolescentes que habían adorado las primeras cintas de Star Wars no entendieron por qué la historia se había enfocado en tratados de comercio y Anakin Skywalker era un niño sin mucha importancia.
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El legado de los libros de J.R.R. Tolkien en el género fantástico es enorme, su influencia se puede sentir en numerosas obras de escritores y cineastas a lo largo del siglo XX, pero las películas de El Señor de los Anillos tenían menos de 10 años de haber terminado su paso por los cines cuando llegó El Hobbit: Un Viaje Inesperado, así que el tiempo de espera para los fans fue menor al que tuvieron que esperar los fans de Star Wars; la historia de la Tierra Media ya era bien conocida a través de los escritos de Tolkien y no había un gran misterio por resolver como sí lo hubo con Star Wars.
Aunque es innegable que la trilogía de El Señor de los Anillos es superior que la trilogía original de Star Wars, esta última tuvo un impacto que no tiene parangón en la historia del cine fantástico y de ciencia ficción por lo que cosechó millones de fanáticos alrededor del mundo que esperaban con muchas ganas volver a disfrutar en el cine de la ópera espacial de George Lucas. Con El Hobbit hubo muchos fans de Tolkien y El Señor de los Anillos decepcionados, pero no tantos como los de Star Wars.
Dirección y respeto del legado original
La primera trilogía de la ópera espacial creada por George Lucas fue dirigida y escrita parcialmente por él; la mejor entrega de la franquicia, Star Wars: Episodio V - El Imperio Contraataca - 94%, además de Lucas, cuenta en los créditos del guión con la escritora de ciencia ficción Leigh Brackett y con el guionista Lawrence Kasdan ; fue dirigida por Irvin Kershner. Se dice que muchos de los mejores momentos de la saga fueron obra de la primera esposa de George, Marcia Lucas, así que en las precuelas tomar todo el proyecto en sus manos fue una equivocación y quedó demostrado por todos los errores que cometió en el proceso. El humor infantil siempre presente en la historia fue exagerado hasta el extremo con Jar Jar Binks y se convirtió en uno de los personajes más odiados de la historia. Además, hubo algunos errores que los fans no han podido entender y que ahora Disney trata de corregir, como el recuerdo que tenía Leia de su madre Padme en El Regreso del Jedi y que Lucas contradice en La Venganza de los Sith al mostrarnos que Padme murió unas horas después de darla a luz. Eran sus propias creaciones y no pudo respetarlas.
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Peter Jackson, por otro lado, contó con el mismo equipo que hizo El Señor de los Anillos para hacer el guión de El Hobbit y falló en muchos sentidos, aunque al menos no contradijo elementos de la primera saga. Los lectores del libro tienen muchas cosas para decir en contra de lo que hicieron con éste, pues estiraron de forma exagerada una historia infantil en un intento de recrear el éxito de la anterior trilogía, pero sin haber leído El Hobbit es posible darse cuenta que Jackson tuvo su propio Jar Jar Binks con el mago Radagast. Lamentablemente la balanza se inclina en este aspecto una vez más en contra de Star Wars.
Actuaciones y diálogos
En las precuelas de Star Wars las actuaciones de algunos de los actores protagonistas no fueron memorables en lo absoluto y de esto no podemos culparlos completamente a ellos sino a George Lucas y sus guiones precarios. El protagonista Anakin Skywalker tuvo algunas de las peores líneas y momentos, desde el niño (Jake Lloyd) que le dijo "¿eres un ángel?" a Padme Amidala (Natalie Portman) al conocerla, que accidentalmente ('¡ups!" ) salvó al planeta Naboo del ataque de la Federación de Comercio, hasta la versión adolescente (Hayden Christensen) y su legendaria frase "no me gusta la arena" en El Ataque de los Clones. Los diálogos a veces podían ser realmente acartonados, lo cual se notaba más porque las actuaciones también lo eran, específicamente Lloyd, Christensen y Portman no fueron muy brillantes en la pantalla, pero la lista es más larga e incluye a varios alienígenas generados por computadora.
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Con El Hobbit Peter Jackson y su equipo no se quedaron atrás en cuanto a frases ridículas e incluso todo un arco argumental, el romance de Tauriel (Evangeline Lilly) con Kili (Aidan Turner) ("si esto es amor no lo quiero" ), fue de pena ajena. A pesar de ello, los actores protagonistas dieron lo mejor de sí y difícilmente se les puede reprochar su interpretación, especialmente a Martin Freeman (Bilbo) y Richard Armitage (Thorin). En este sentido ambas trilogías tuvieron tropiezos, pero El Hobbit sale mejor librada que Star Wars.
Efectos especiales
Star Wars y El Señor de los Anillos fueron hitos en lo que se refiere a efectos especiales y a secuencias de acción, pero con sus respectivas precuelas las cosas no salieron tan bien, en ambos casos los directores quedaron tan cautivados por la tecnología que se olvidaron de lo más importante, crear verdaderos momentos emocionales y emocionantes para el público.
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Las tres precuelas de Star Wars fueron realizadas casi en su mayoría con efectos generados por computadora (CGI), los cuales todavía no estaban suficientemente avanzados como para dar el espectáculo que George Lucas quería dar de una forma convincente. En El Hobbit pasó algo similar, pues a diferencia de El Señor de los Anillos, que combinó magistralmente efectos especiales de la vieja escuela con lo más avanzado del CGI y los impresionantes paisajes de Nueva Zelanda, las precuelas optaron por hacer todo lo que se pudiera con efectos digitales, los cuales fueron irregulares en calidad. Por un lado nos dieron a uno de los dragones más espectaculares del cine y otras maravillas, y por otro plasmaron algunas escenas que parecían sacadas de un videojuego y no de una producción multimillonaria.
El Hobbit tuvo un CGI mucho mejor que las precuelas de Star Wars, pero no parece un gran mérito cuando nos damos cuenta de que fue el resultado natural de que se realizara varios años después. Al final es difícil decidir cuál de las dos sagas tuvo peor suerte, pues las precuelas de Star Wars mantuvieron un estándar mediocre (aunque decente para su tiempo) mientras que El Hobbit fue demasiado irregular, tuvo efectos espectaculares y otros realmente decepcionantes.
Secuencias de acción y momentos memorables
Pero el CGI solo es uno de los aspectos a la hora de juzgar una producción de este tipo, es más importante cómo son utilizados los efectos para aumentar el dramatismo en escenas de acción. En este sentido El Hobbit palidece al compararse con El Señor de los Anillos y sus impresionantes batallas, pero las precuelas de Star Wars superaron con sus elaboradas coreografías de combate con sables de luz a lo visto en la trilogía original. A pesar de que los efectos especiales de Star Wars fueron inferiores, es mejor que El Hobbit en sus emocionante secuencias de acción, tanto terrestres como espaciales.
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Los duelos de Obi-Wan y Qui-Gon Jin contra Darth Maul, Yoda contra Palpatine, la ejecución de los Jedi, la pelea final de Obi-Wan contra Anakin y el nacimiento de Darth Vader fueron momentos memorables que incluso los haters aprecian. Con El Hobbit también hubo buenos momentos como la conversación de Bilbo y Smaug en La Desolación de Smaug, pero si nos ponemos a contar sale ganando la epopeya de George Lucas.
Conclusión
El legado de Star Wars en el cine y la cultura pop no se puede negar, pero por ello es que las expectativas en torno a las precuelas no fueron cumplidas. El Hobbit también fue decepcionante en muchos niveles, especialmente para los que habían leído la novela de J.R.R. Tolkien, pero al final el público en general dió su aprobación al trabajo de Peter Jackson con todo y sus defectos, así que podemos asegurar que las tres cintas de Star Wars estrenadas entre 1999 y 2005 son peores que la trilogía de El Hobbit.
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