Bailey, de 12 años, vive con su padre soltero Bug y su hermano Hunter en una casa ocupada del norte de Kent. Bug no tiene mucho tiempo para sus hijos y Bailey, que se acerca a la pubertad, busca atención y aventuras por su cuenta.
Para Hector A. Gonzalez de In Session Film, Bird muestra a Andrea Arnold en su faceta más juguetona en cuanto a la narrativa, manteniendo su estilo visual distintivo. No obstante, deja en claro que la multitud de temas e ideas de la película vagan sin encontrar un destino concreto en la trama. Al final, Gonzalez siente que esto es un intento fallido de crear una película ligeramente agradable, ya que la historia no logra encajar dentro de los límites del realismo mágico que Arnold intenta imponer y advierte que como resultado, los espectadores saldrán de la sala con la sensación de no haber captado completamente el mensaje de la cinta.
Rory O'Connor de The Film Stage menciona que, aunque en sus trabajos anteriores la directora ha explorado el realismo mágico, su incursión inicial en el antropomorfismo parece superficial y, en lugar de mejorar la película, interrumpe el flujo narrativo. Además, concluye que Arnold podría haber sido más precisa en cuanto al mensaje que quería transmitir con la película.
Para Yasmine Kandil de Discussing Film, Franz Rogowski brilla con su encantadora interpretación como Bird, demostrando una vez más la versatilidad y sinceridad de su talento actoral. Por otra parte, asegura que Barry Keoghan continúa destacando al dar vida a personajes complejos, mostrando su habilidad para retratar a un joven padre con problemas. Sin embargo, Kandil revela que son los actores jóvenes quienes verdaderamente destacan en este elenco: en su debut actoral, Nykiya Adams se adueña de la pantalla con una energía palpable, capturando de manera conmovedora la inocencia de la infancia y las ansiedades de la niñez temprana, manteniéndose fiel al guion de Arnold con una honestidad impactante.
Lee Marshall de Screen Daily describe a Bird como una película que finalmente se atreve a explorar el tema de una manera completamente audaz e inesperada, desafiando al espectador y ofreciendo una recompensa generosa por su compromiso.
Chase Hutchinson de The Wrap asegura que esta película evocará una sensación de familiaridad para aquellos que han conectado con el trabajo previo de Arnold: la cineasta regresa a su terreno conocido, pero también se aventura en una dirección nueva y audaz. Para el reportero, lo que asegura el éxito de esta película es la cuidada realización de los personajes y sus interacciones.
Ryan Lattanzio de IndieWire informa que, aunque "Bird" quizás no alcance las alturas de "American Honey" o la potencia emocional de "Fish Tank", sin duda representa el esfuerzo más ambicioso de Arnold por ampliar su horizonte creativo más allá de los límites del realismo social que caracterizan algunas de sus obras anteriores. A pesar de que los elementos surrealistas de la película no encajan perfectamente, el periodista reconoce que Arnold demuestra valentía al explorar nuevos territorios, convirtiendo a "Bird" en una adición a su carrera que brilla con frecuencia, encanto y generosidad emocional.
Leslie Felperin de The Hollywood Reporter advierte que a ratos, la película coquetea peligrosamente con el sentimentalismo, como si la experiencia de Arnold dirigiendo televisión hubiera dejado su huella, añadiendo un toque de sensibilidad estadounidense al guion: una rigidez ordenada y sobrecargada que sus primeras obras en su mayoría evitaban. Sin embargo, la periodista sugiere que este matiz podría ser precisamente lo que atraiga a los espectadores. Finalmente, agregó que con la participación de estrellas como Barry Keoghan y Franz Rogowski (ambos en la cima de su juego), este es el largometraje más accesible de Arnold hasta la fecha.
Caleb Hammond de Collider lamenta que Bird resulte demasiado predecible a pesar de los elementos refrescantes de realismo mágico presentes en la narrativa. Aunque confía en que los seguidores de Arnold sin duda apreciarán estos detalles en Bird, asegura que es poco probable que logre conquistar a aquellos que no son tan fervientes en su admiración por la directora.
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