Una aventura de la era espacial ambientada en el contexto de la misión lunar Apolo de 1969 e inspirada en la infancia del director Richard Linklater. Estreno exclusivo de Netflix.
...es una travesía llena de nostalgia y dulzura, donde la idealización del pasado –pero no exenta de menciones a Vietnam, los asesinatos políticos y la creciente polución del planeta Tierra– está plenamente justificada a partir de la mirada infantil, cuando la infinitud de la fantasía todavía no ha sido cercenada por los rigurosos esquemas de la adultez.
Con 'Apollo 10 ½: Una infancia espacial', Linklater ofrece una visión entusiasta y esperanzadora de América, la América antes del Watergate y las crisis de los 70. Hay una mirada cálida, alegre y divertida a su infancia, la de un niño que descubría el poder de la imaginación para narrar un tiempo. Eso es el cine.
...Linklater vuelve a pisar terreno seguro con un film que tiene ciertas conexiones con el espíritu de Boyhood: Momentos de una vida, pero también con relatos del tipo Cuenta conmigo. Aunque no todo es estrictamente biográfico, hay en este film sobre lo extraordinarias que pueden ser las vivencias ordinarias mucho de su sensibilidad, de su universo personal y de su esencia como artista.
Si Apolo 10½ es, sin duda, un afectuoso festival de nostalgia, también es una reflexión furtivamente absorbente sobre las limitaciones de la memoria humana, lo que en última instancia sugiere que la memoria distorsiona y amplifica tanto como preserva.
Linklater ofrece su versión de 'Amarcord' de Fellini o 'Radio Days' de Woody Allen: un recuerdo esencialmente sin trama pero atractivo y enriquecedor de la infancia impregnado de calidez, gracia, honestidad y especificidad cristalina.
Es una meditación elegante sobre la infancia que no tiene miedo de disfrutar de todo el sentimentalismo que conlleva. Casi 30 años después de 'Dazed and Confused', Linklater todavía nos recuerda exactamente por qué la infancia es algo excepcionalmente especial.
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