Por un lado tenemos a Tony, un mecánico cristiano, y por el otro a Yasser, un palestino que ocupa el puesto de jefe de una construcción. En una tarde de verano en Beirut, ambos hombres se encuentran en medio de una discusión acerca de una tubería de drenaje rota. En un estado de exaltación y furia, con ambos egos irritados, Tony ataca verbalmente a Yasser, pronunciando un insulto imperdonable. El altercado personal se extiende por el barrio y la ciudad hasta convertirse en una disputa nacional cuando se empiezan a abrir viejas heridas y recuerdos truamáticos.
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