Los musicales clásicos no deben reescribirse para convertir a las protagonistas en transexuales ya que dañaría la integridad de las historias originales, dijo uno de los principales empresarios teatrales de Gran Bretaña. Cameron Mackintosh dijo a Telegraph que dependía de los escritores y compositores más jóvenes crear un trabajo con roles principales transgénero en lugar de cambiar piezas establecidas con un reparto de "trucos" al referirse a cuando se cambian personajes de antaño para nuevas producciones protagonizadas por ellos (vía Daily Mail).
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El famoso productor de obras como Les Misérables, Mary Poppins y The Phantom of the Opera dijo apoyar la diversidad del elenco al mencionar que no le parece problemático ver a un Jean Valjean negro o una Mary Poppins negra, pero cuando la conversación cambió del color de piel a la posibilidad de que estos personajes puedan ser interpretados por personas transgénero, lo que dice es algo completamente diferente a lo que en un principio parecía apoyar durante la entrevista.
Según Mckintosh, la historia original de P.L. Travers no era sobre eso y que el giro al hacer que el personaje sea transgénero no es la historia de la familia que la protagoniza. Insistió que si el material donde se incluyen personajes transgénero es bueno, puede convertirse en un éxito, pero en el caso de clásicos como Mary Poppins sería forzar algo que no es real para la naturaleza del personaje en cuestión. También dijo que al tener 75 años no será él quien lo haga, sino que espera que sea alguna de las siguientes generaciones la que de el paso.
No se puede implantar algo que no esté intrínsecamente en la historia o el personaje, eso es lo que creo. Solo para hacer eso, eso se convierte en un casting de trucos. Intenta forzar algo que no es natural. Lo que importa es que tienes que tener una historia sólida y una buena banda sonora, pero también debes asumir que no todo el mundo lo sabe, incluso si es una historia famosa, y que alguien que asista puede entenderla y darle sentido. Trato de asegurarme de que sea cual sea el talento que tengamos, la historia siempre debe brillar.
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Lo contrario ocurre en el cine, al menos en la opinión del director Rob Marshall, quien estuvo detrás de El Regreso de Mary Poppins - 74%, la película que tuvo a Emily Blunt en el papel principal en una secuela que transcurre varios años después de la original que fue protagonizada por Julie Andrews. Según lo que él dijo a The Advocate, el futuro de Mary Poppins es queer, o al menos, eso es lo que espera que sea ya que en un evento de prensa en Disney Studios el director discutió el papel de los movimientos sociales en las películas de fantasía.
La película original de 1964 mostraba a Winifred Banks (Glynis Johns), la madre de la familia a la que la niñera mágica asiste, como miembro del movimiento por el sufragio femenino. En El Regreso de Mary Poppins, Jane (Emily Mortimer), la hija de Winifred, es una sindicalista. Para Marshall, nada fue una coincidencia sino que se trató de una decisión consciente que ella siguiera los pasos de su madre porque nunca abordó el proyecto como una película para niños. Él mismo mencionó en ese entonces que Walt Disney dijo que las películas de la compañía son en realidad para los niños que todos llevamos dentro y Marshall dijo que en este caso sintió que debía ser para adultos.
Si Mary Poppins regresa en una aventura, el cineasta cree que los niños que aparecen en Mary Poppins regresa, o alguna otra futura generación de la familia protagonista, serían partícipes del movimiento social moderno de los derechos LGBTQ. Aunque no se trata de cambiar específicamente a la protagonista, es una forma de tocar un tema tan actual que no quedaría fuera de lugar en lo que hemos visto sobre la niñera desde que llegó por primera vez a la pantalla grande.
Entiendo profundamente lo que es estar en las afueras y no sentir que eres digno. Y diré que ese tipo de pasión por explorar la aceptación en la vida es algo muy importante.
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