La música es una parte fundamental de las obras audiovisuales, y grandes series o películas no serían lo mismo sin ella. Dragon Ball, el legendario anime que marcó a toda una generación, no es la excepción; todos recuerdan los épicos temas de pelea y de los personajes, pero pocos saben que la mente maestra detrás de estos era Shunsuke Kikuchi, quien falleció el pasado 24 de abril a los 89 años, de acuerdo con medios japoneses, debido a complicaciones derivadas de una neumonía.
El compositor llevaba retirado desde 2017, pero millones de fans alrededor del mundo se saben de memoria los temas que creó para Dragon Ball y Dragon Ball Z, las dos series más queridas de la franquicia, muy por encima de Dragon Ball GT y Dragon Ball Super. Además de trabajar en los animes más famosos de Akira Toriyama , Kikuchi trabajó en Doraemon, Dr. Slump, Gran Mazinger, Kamen Rider, y Kiteretsu Daihyakka, entre otras.
También musicalizó varias películas de Gamera como Gamera vs. Guiron (1969), Gamera vs. Jiger (1970), Gamera vs. Zigra (1971), Uchū Kaijū Gamera (1980), y las películas de Dragon Ball. Su canción, "Urami Bushi", compuesta para la película Female Convict Scorpion, fue usada como parte del soundtrack de Kill Bill: La Venganza, Volumen 1 - 85%, de Quentin Tarantino.
Shunsuke Kikuchi nació el 1 de noviembre de 1931 en Hirosaki, Japón, y tuvo una prolífica carrera como músico, sobre todo en el mundo del anime. Fue reconocido en vida con galardones como el Premio de la Academia Japonesa, Premio al Mérito en los Tokyo Anime Awards de 2013; y un Premio a la Carrera Artística en 2015 en los Japan Record Awards. Sobre todo por sus inolvidables composiciones para Dragon Ball y Dragon Ball Z, hoy muchos fans de la obra de Akira Toriyama lloran su partida. De acuerdo con LevelUp, Kikuchi compuso más de 400 temas musicales entre 1986 y 1995.
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Dragon Ball tuvo su origen como un manga escrito e ilustrado por Akira Toriyama; fue publicado entre 1984 y 1995 en la revista Shōnen Jump, y gracias a sus adaptaciones al anime se convirtió en un fenómeno global. El título de la franquicia hace referencia a siete esferas mágicas que unidas pueden convocar a un dragón capaz de conceder deseos, pero el protagonista es Gokú, personaje cuya historia inicia cuando es un niño pero conforme avanza la serie lo vemos crecer hasta convertirse en el guerrero más poderoso del universo.
La franquicia está conformada, de forma canónica, por Dragon Ball, Dragon Ball Z y Dragon Ball Super, no obstante, existen varias películas que no son parte del canon y aún así son amadas por los fans como Dragon Ball Z: El Poder Invencible (1993) y Dragon Ball Z: La fusión de Goku y Vegeta (1995); también está la secuela no oficial de Dragon Ball Z, Dragon Ball GT, que por mucho tiempo fue considerada como oficial por los fans, hasta que en la década de 2010 Toriyama regresó a tomar el control de la franquicia y después de la cinta Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses, comenzó la secuela canónica, Dragon Ball Super.
El impacto que tuvieron esos animes se pudo comprobar cuando en 2018 decenas de miles de personas en varios países de Latinoamérica se reunieron en plazas públicas para ver en una pantalla grande el enfrentamiento entre Gokú, Freezer y Androide 17 contra Jiren; este tipo de reuniones masivas suelen verse cuando se trata del mundial de fútbol o algo por el estilo, pero ningún otro anime ha sido capaz de atraer la atención de jóvenes y adultos de esta forma. Por el momento no se ha confirmado cuándo veremos la serie secuela de Dragon Ball Super, pero la historia en el manga va muy adelantada.
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