En 1987 vimos a Michael Douglas lucir un traje impecable, un porte refinado y una mirada de lobo a juego con las mañas de un empresario que sabe cómo se bate el dinero en las grandes esferas financieras. Nos referimos a su personaje Gordon Gekko, un hombre capaz de hacer cualquier cosa con tal de sumar más ceros a su cuenta bancaria. En esta aventura se une un jovencísimo –y sobrio– Charlie Sheen que interpreta a Bud Fox, quien sueña con conocer a Gekko y ganar tanto dinero –o más– que él. Los negocios turbios están a la orden del día y los engaños se disfrazan de empalagosas sonrisas. Todas estas circunstancias se diluyen en El Poder y la Avaricia - 78% dirigida por Oliver Stone y que reveló las vergüenzas financieras de la década de los 80.
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La cinta celebra 30 años de historia y varios profesionales de Wall Street, escritores y expertos de cine se reunieron con Associated Press para conversar sobre los altibajos del sistema bursátil.
La cultura sigue siendo la misma. Todo está impulsado por la codicia. Uno no se dirige a estas empresas si se quiere salvar el mundo o a los cachorros. Todo se trata de hacer dinero. En todo caso, hay una explosión de riqueza, por eso la gente se ha vuelto más codiciosa.
Eso explica Michael Lewitt, gestor de inversiones y exoperador de Drexel Burnham Lambert, una empresa de inversión que fue sancionada por actividades ilegales en el mercado de bonos basura y, tiempo después, cayó en quiebra.
La cinta es un revoltijo desenfrenado de 126 minutos donde se mezcla el poder, la ética y la avaricia. Producida por 20th Century Fox, la película tuvo un presupuesto de 15 millones de dólares, pero su recaudación total fue 43,848,100 dólares. La música, un punto fundamental, fue compuesta por Stewart Copeland, baterista de The Police.
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La película dramatiza el colapso ético y moral de las altas finanzas durante la era Reagan. Lamentablemente, Gordon Gekko, es un símbolo de piedra sobre la codicia desenfrenada. Sin duda, podría prosperar en el mercado de hoy. De hecho, lo podemos colocar en la Casa Blanca.
Así lo comenta Raymond Arsenault, profesor de Historia del Sur de la Universidad del Sur de Florida y autor de Empedrado en Wall Street: El hijo del agente de bolsa y la década de codicia.
En un principio, Gekko podría haber sido interpretado por Richard Gere o Warren Beatty pero Michael Douglas se calzó el personaje con total profundidad. No en vano consiguió un Oscar como Mejor actor, un Globo de oro como Mejor actuación, un KCFCC, un National Board of Review, y un David di Donatello y Nastrod'argento, ambos como mejor actor extranjero.
Los mercados cambian, pero la actitud de los ejecutivos empresariales, quienes tratan a las personas como peones en un tablero de ajedrez, sigue intacta.
Esa es la reflexión de Charles Geisst, profesor de Finanzas en Manhattan College y autor de Wall Street: Una historia. Wall Street sigue tan vigente como hace tres décadas.
El éxito de esta cinta se replicó en su secuela Wall Street 2: El Dinero Nunca Duerme - 55%, donde regresa el astuto Gordon Gekko en la piel de Douglas, y Shia LaBeouf interpreta a un aprendiz con hambre de supremacía.
Wall Street es una oda filosófica de la economía, tal como reseñó James Berardinelli para ReelViews. Si tienen dudas, escuchen el famoso discurso de “la codicia es buena”.
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