En la era de lo políticamente correcto se puede perder la perspectiva entre lo realmente ofensivo y aquello que molesta por su naturaleza crítica y sus revelaciones sobre la oscuridad del hombre y la sociedad. De igual manera, esta actitud de "si me molesta entonces hay que destruirlo" ha afectado el mundo de las artes. Desde pinturas que se consideran explícitas y que se retiran por molestar a los visitantes de un museo, hasta películas clásicas que se retiran del cine por sus temas.
Hace un tiempo se habló sobre la decisión de romper con la tradición de estrenar Lo Que El Viento Se Llevó - 94% porque los espectadores consideraron que la trama era racista. Aunque es cierto que la cinta tiene esos tintes, no se puede negar que es un producto de otro tiempo y que la respuesta para mejorar en el futuro no es olvidar el pasado, sino analizarlo para no repetirlo. Ahora, un nuevo clásico se ve afectado por esto.
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Actualmente parece que las películas clásicas están siendo juzgadas con una mentalidad presente, en vez de razonar que se hicieron bajo otro tipo de pensamiento, censura y libertad. La autocensura es lo peor que puede pasar a la sociedad, especialmente a los artistas al momento de crear, quienes dudan de antemano de alguna historia prometedora sólo porque podría ser criticada por algunos extremistas.
Aunque esto pasa a nivel mundial, en Estados Unidos llama mucho la atención su visión sobre el racismo, pues justo ahora tienen a un presidente que fomenta ese tipo de comportamiento, digno de un extremista blanco. Según The Sun Herald ( vía The Wrap), la clásica novela Matar a un Ruiseñor, escrita por Harper Lee , fue retirada del programa de una escuela en Mississippi por incomodar a los estudiantes. Parece que el lenguaje racista y la temática han molestado a los alumnos. La decisión no se votó, simplemente fue tomada por la administración, quienes comentaron:
Hubo quejas sobre el libro. Hay cierto lenguaje en el libro que incomoda a la gente, y podemos enseñar la misma lección con otros libros. Sigue en nuestra biblioteca. Pero estarán usando otro libro para el curso de octavo grado.
Por supuesto, esto ha generado olas de críticas. No es la primera vez que la novela sufre este malentendido. De hecho, suele estar entre los libros más censurados y prohibidos en las escuelas, casi como prueba de que no se entiende el mensaje que quiere mostrar por prestarle más importancia a la forma (el lenguaje racista).
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La novela se hizo película en 1962. Matar a un Ruiseñor - 92% fue protagonizada por Gregory Peck, quien interpreta a Atticus Finch, un abogado que busca justicia para un joven afroamericano acusado de violar a una mujer blanca. Las pruebas de su inocencia son irrefutables, pero la sociedad racista de la época no permite que se aplique la justicia real. El juicio ayuda a Finch a dar un ejemplo a sus hijos para asegurar una nueva generación más abierta. La trama no es sencilla y definitivamente puede ser incómodo estar leyendo todo el tiempo las palabras racistas y groserías que impregnan el libro, pero el mensaje es mucho más valioso que eso. Si incomoda, es justamente porque sigue existiendo este problema y, por lo tanto, la necesidad de contar, leer y ver historias como la escrita por Lee en 1960.
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