Dirigida por Terence Davies, A Quiet Passion es una película que pretende ser una mirada sin censura a la enigmática vida de la destacada poetisa estadounidense, Emily Dickinson. Cynthia Nixon, actriz mundialmente conocida por su personaje de Miranda Hobbes en Sex and the City: La película - 49% es la encargada de encarnar a Dickinson, una mujer que luchó contra las limitaciones de la sociedad burguesa del siglo XIX y sus mal renal que la dejaba inhabilitada.
La vida de Emily Dickinson, cuyo trabajo ha sido comparado con el de escritores de la talla de Edgar Allan Poe, Walt Whitman y John Keats, por mencionar algunos de ellos, siempre estuvo rodeada de misterio, por un lado, su obra dejaba en manifiesto un amor pasionalmente desbordado que nunca se supo si iba dirigido a un hombre o a una mujer, y en vida, la escritora vivió la mayor parte de su tiempo recluida en su hogar, sus mismos vecinos la consideraban una persona excéntrica que siempre vestía de blanco y se negaba a saludar a los invitados; en sus últimos años de vida, la escritora se negó a abandonar su cuarto.
Con el próximo estreno en Estados Unidos de A Quiet Passion, filme que muchos especialistas ya comienzan a decir le puede dar una nominación a Cynthia Nixon a los próximos premios Oscar por su gran interpretación dramática, el enigma de Emily Dickinson volverá a reavivarse y las primeras declaraciones favorables en torno a la visión que presenta la cinta ya están llegando, como la del escritor Jerome Charyn, autor de la biografía A Loaded Gun: Emily Dickinson for the 21st Century, quien dijo que A Quiet Passion es una película que capta con exactitud el grado en que las limitaciones sociales y físicas habrían restringido a una mujer como Dickinson, pero, al mismo tiempo, la forma en que ella les pantó cara.
Poco más de un siglo después de su muerte, la vida aislada de la poetisa sigue siendo motivo de curiosidad, incluso fue conocida bajo el título de “la reina de la reclusión” por sus amigos y descrita por el editor de Samuel Bowles como “una mujer sarcástica, enfermiza y tuberculosa que nunca dejó su casa”.
Pero sin esa casa, Dickinson también podría ser franca, así lo destacó Charyn, quien dice que la película también retrata de forma exacta el lado “coqueto, cómico y serio” de la escritora. Por ejemplo, una escena en la que rompe un plato porque su padre dice que está sucio, ella muestra la forma en que a veces puedo ser el único miembro de su familia que tenía el coraje de enfrentarse a su padre o que estuviera dispuesto a discutir con él. Y la idea de que Dickinson le pidiera permiso para escribir sus poemas en la noche es no sólo el hecho de reconocerle su jerarquía familiar.
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Emily Dickinson también escribió sobre las limitaciones a las que se enfrentaban las mujeres en el siglo XIX, un tema que ella conocía bastante bien al ser una escritora que tuvo que pedir dinero a su padre para poder comprar lápices y que tuvo que publicar de forma anónima sus escritos porque en aquel tiempo, las mujeres no publicaban bajo sus propios nombres; en una frase: porque las mujeres no tenían manera de ganarse la vida. Además, Dickinson no fue bien acogida en sociedad ya que nunca se casó ni tuvo hijos. En este sentido, Jerome Charyn dice que A Quiet Passion también es una mirada estupendamente articulada de estas vicisitudes, desde un ángulo lírico y profundo.
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