LIGEROS SPOILERS.
Quizá lo más importante que hay que decir sobre “La Cumbre Escarlata” lo dice ni más ni menos que su protagonista, Edith Cushing (interpretada por Mia Wasikowska, dando un mejor trabajo que el mostrado en Alicia en el País de las Maravillas), cuando un editor le afirma que el borrador de su novela es una historia de Fantasmas. “No es una historia de fantasmas. Es una historia con un fantasma en ella”. ¡Eso la define por completo! No es una historia de fantasmas porque con facilidad podrías quitar todos los elementos sobrenaturales y tendrías casi lo mismo. No aportan mucho a la historia, porque aquí los fantasmas funcionan como meros elementos estéticos, fuentes de información, o como deus ex machina. Cabe decir que su diseño visual es aterrador, y como fueron interpretados por Doug Jones, la captura de movimiento es genial.
Si esto no es una historia de fantasmas, entonces, ¿qué es? Es difícil encajonarla dentro de un género, y es admirable que Legendary Pictures le haya dado tanto dinero a Del Toro y le haya dejado trabajar en paz. La indefinición es algo muy peligroso que puede conducir al fracaso financiero a una película. La gente no se siente satisfecha con un película que no puedan definir con una sola frase. No es “una película de terror”, no es “una película de misterio”, no es “una película de amor”, no es “una película de fantasmas”. Tiene elementos de todo eso, y de más cosas. Se siente como un batiburrillo condenado a ser un fracaso tanto artístico como financiero... pero en realidad, aunque tal vez se convierta en lo segundo, no se puede asegurar con tanta facilidad lo primero.
Primero lo obvio: visualmente es hermosa, y eso es algo que ya sabíamos, sólo con ver el nombre de Del Toro impreso en el poster. Cada cuadro, cada toma, cada segundo de la película está tan pulido, meticulosamente planeado y lleno de color y oscuridad que logran un preciosismo superior incluso al de HB2, y eso es mucho decir. Una de las películas con mejor aspecto del año, si no la mejor.
Segundo: las actuaciones son demoledoras; todo el cast da el 100% de sí para extraer al personaje del guión y volverlo un ser vivo en pantalla. Destaca mucho el trabajo de Hiddlestone, pero quien se lleva todas las miradas sin duda alguna es Jessica Chastain. Por cierto, aparecen tanto Charlie Hunnam como Burn Gorman de Pacific Rim, y Jonathan Hyde, de The Strain.
Tercero: El pinche guión es... ¿cómo decirlo? Obviamente es un guión trabajadísimo, con muchas reescritruas, pero aún así, tiene ciertos detalles. El inicio es extremadamente lento, tanto que cuando finalmente llegan a Crimson Peak, lo que piensas es: “¡hasta que por fin!”. La trama se desarrolla con parsimonia, en una época en la que los estudios procuran que el ritmo en las películas sea lo más rápido posible (más puntos a favor para Legendary). A decir verdad, esa lentitud a final de cuentas trabaja a favor de la película, pues realmente deja que los personajes sean quienes deben ser, y que los acontecimientos fluyan con bastante naturalidad, a comparación de proyectos de Del Toro que van en Fast Forward, como la ya mencionada HB2. Cuando llegan a la casa, y la ves por primera vez, te sientes sobrecogido por su antigüedad y decadencia. Esta casa es la casa de Usher, la casa de The Haunting, la casa de Mas negro que la noche (incluso tiene el retrato de la madre, con su bastón y su anillo). Donde los monstruos duermen en espera de que se les despierte.
Algo en lo que tal vez falle el guión sea en sorprenderte, pues los twists los ves venir desde kilómetros de distancia; cuando los personajes lo explican sólo recibes la confirmación de lo que ya sabías. Los monólogos son soberbios, en especial uno de Jessica Chastain que involcra al amor monstruoso, pero no sé a donde se fue ese trabajo en el final. Aquí va un ligero spoiler: la confrontación final es entre CENSURADO y CENSURADO. Es sobre la nieve y pelean a la muerte con armas blancas. Eso mata por completo el mood. ¿Por qué una historia así tiene que terminar de esa manera? Pero eso no es lo peor. Lo peor es lo que ocurre poco antes de que termine esa pelea. Tal parece que a Del Toro le dio pereza encontrar una buena forma de terminarla, así que dijo: A la verga, usaré el mismo final de El Espinazo del Diablo.
Y sí, hay un enorme parecido entre El Espinazo y Crimson Peak. Las dos constan de un monólogo inicial sobre los fantasmas, que se repite al final de la película. Las dos incluyen una escena de sexo, las únicas dos en la filmografía de Del Toro (la de Crimson Peak es encantadora por el recato de la época). Las dos son películas en donde aparecen fantasmas, pero no son de ninguna manera películas de fantasmas. Y hablando de fantasmas, el que aparece al final es casi igual a Santi, el niño ahogado. ¿Por qué esa tendencia tan preocupante de repetición por parte de este artista? Su siguiente película será de un luchador mexicano que pelea contra vampiros, algo que ya hizo en La Trilogía de la Oscuridad. Me gustaria que dejara de reutilizar su propio material y creara nuevas cosas, tal vez salir un poco de su zona de confort... y, por el amor de Dios, nunca más terminar una pelea de una película que quiere ser tomada en seria con un palazo.