Como suele suceder en todas las artes, una parte del corazón y alma del autor inevitablemente queda impregnada en su obra, en gran parte por todo aquello que le inspira a realizarla en primer lugar. En el caso de No Quiero Ser Polvo - 90%, una coproducción entre Argentina y México que llega a salas nacionales este fin de semana, el cineasta Ivan Lowenberg utiliza el recuerdo de un periodo de su vida muy particular para tejer una narrativa conmovedora, reflexiva y humana sobre el propósito de la vida y cómo el ser humano a veces lo encuentra en los lugares menos esperados. Con un fotografía cálida y un guion sutil pero contundente, la película ofrece una mirada única a la crisis de mediana edad, una situación de la que no se habla mucho pero que todos en algún momento podemos llegar a enfrentar, con situaciones y personajes que no están alejados de nuestra cotidianidad y con los que podemos empatizar en mayor o menor medida.

Te invitamos a leer: Las mejores películas mexicanas de 2023, según la crítica

La película es claramente producto del amor y la pasión por hacer cine, y aunque tardó más de 10 años en poder finalizarse por temas creativos y presupuestales, Löwenberg ha hecho que la espera valiera la pena con lo que sin lugar a dudas es su trabajo más personal hasta la fecha. Gran parte de la narrativa está basada en acontecimientos reales experimentados por la familia de Löwenberg tiempo atrás, y por ello mismo resulta difícil pensar en otra protagonista que no sea su misma madre, Bego Sainz, cuya nula trayectoría en la actuación no es impedimento para que entregue un personaje lleno de matices al que la audiencia disfrutará seguir hasta el final. Al final, la química entre Löwenberg y Sainz es el motor que impulsa a este trabajo al siguiente nivel, y lo que le da una autenticidad palpable que muy pocas producciones pueden presumir.

¿De qué trata No Quiero Ser Polvo?

Bego es una ama de casa que vive aburrida y temerosa de ser intrascendente. Su hijo sumido en su carrera ya no la necesita, su esposo evita el tiempo en su casa y ella sospecha que la engaña desde hace tiempo. En plena crisis, se une a un culto religioso donde encuentra el refugio y la contención que necesita, pero donde la convencen de que el fin del mundo se acerca…

Con motivo de la edición 19 del ficmonterrey, Tomatazos.com tuvo la oportunidad de conversar con Ivan y Bego sobre lo que hay detrás de esta cautivadora producción. En primer lugar, Ivan se abrió a contar un poco de cómo fue la dinámica de su familia a mediados de los años noventas, cuando apenas comenzaba el boom tecnológico y se esparcía todo tipo de información en internet, misma que terminó siendo material de inspiración para este trabajo.

…por ahí del 93-94 mis papás estaban en un círculo de amigos que meditaban juntos en una escuela especial para ello, y en esa escuela de pronto (y en varias más, al mismo tiempo) se comenzó a divulgar una teoría sobre 3 días de oscuridad y cosas que un científico de la NASA decía. Cabe decir que todo eso ocurrió durante los tiempos del inicio del internet (…) Al final no sucedió, en la familia lo vemos con humor y así lidiamos un poco con eso, de hecho, por eso sentí necesario meter un poco de humor en la película; y luego, en el 2010, vuelvo a ver en internet otra vez el rumor de los días de oscuridad, y eso destapó el recuerdo. Hay gente que hace teorías que suenan horribles, como la de que vendrá un posible fin del mundo, y me resulta curioso el por qué les puede emocionar de eso o que puede haber detrás de la persona para que un posible fin del mundo sea su propósito de vida. Ya en la ficción retomo esa teoría, algunas de las situaciones que yo recuerdo, y las traslado a nuestra edad, a la edad de mi mamá que viene de una generación donde muchas mujeres se dedicaron a la familia y al hogar, y decidí darle el contexto de cuando eso ya no es el propósito de vida y surge la crisis de mediana edad…

Sobre el recuerdo de esa curiosa experiencia, Bego también complementó dicendo que “la emoción que puede llegar a generar una situación como el fin del mundo puede venir del anhelo de un cambio radical” algo que Ivan comparte afirmando que “ante esta capacidad de saber qué es real y qué no, uno termina creyendo lo que se ajusta más a tu visión del mundo o lo que te da pretexto para seguir adelante”. Sobre trabajar juntos en una película con una relación más profesional, Ivan comentó:

Yo siento que puedes tener actores con mucha trayectoria, pero al final los tienes que conocer porque es un trabajo humano y de emociones. Para mí, me costó muchísimo menos trabajo colaborar con mi mamá que con actores, porque como conozco mucho su personalidad y como ha reaccionado en ciertas situaciones (…) Me encantó tener la libertad de poder tener a mi mamá como protagonista porque siento que es un trabajo autorreferencial, casi un ejercicio psico-mágico, de representarnos con algo de humor de lo que fue el pasado y retomarlo desde tu punto de vista (…) además, la dinámica con la cual se rodó la película permitió mucha camaradería. Aunque al tener un presupuesto muy bajo hay muchas limitantes de lo que uno quiere hacer contra lo que se puede hacer, te da muchísima libertad en el sentido de no tener que darle cuentas a nadie.

También lee: Las mejores películas mexicanas en Netflix, según la crítica

Desde que recibió la noticia de que sería la protagonista del filme, Sainz se mostró dispuesta a sumergirse de lleno en un papel pensado desde el inicio para ella, y aunque su poca experiencia actuando podría haber sido un reto difícil de superar, lo cierto es que las cosas se dieron con mucha naturalidad y ella así lo comparte:

Ivan me entrenó y sobre todo me dio mucha confianza, sumado a que ya en la universidad él me había pedido filmarme para la entrega de algún trabajo. En esta ocasión yo lo veía batallando con la cuestión del presupuesto, por lo que le dije de broma: “por qué no te ahorras lo de la protagonista y me contratas a mí”. De ahí se plantó la idea. Luego recuerdo que justo un 28 de diciembre, el día de los inocentes, me llega un mensaje donde me dice, “mamá, si vas a ser la protagonista”. Y aunque no lo podía creer, todo fue dándose naturalmente, días después una amiga de él que vive en Los Ángeles y se dedica al coaching de actores me estuvo dando tips por zoom (…) A mi lo que más me preocupaba era cómo le iba a hacer para llorar, por lo que tuve que acordarme de algo triste de mi pasado y luego de un tiempo finalmente lo conseguí. Aunque inicialmente sentí que sería difícil hacer mío el papel, poco a poco logre asumirlo y sentirme en la piel de mi personaje, como si fueramos una misma.

Aunque a lo largo de No Quiero Ser Polvo se logran percibir destellos de comedia, lo cierto es que los temas en su centro son abordan cuestiones existenciales profundas que podrían resultar desafiantes para el espectador si no se abordaran con la sutileza de Löwenberg. Sobre como hacer estos temas atractivos para el público en general, Ivan comentó:

Algo que hacemos nosotros como familia es utilizar mucho el humor y yo creía necesario contar esta historia en esa línea para poder ponerte en los zapatos de los personajes y conectar en lo emocional. Aunque casi todas las personas me reconocen por meter drama en mis cortos, según yo en todos meto algo de humor, aunque quizá no muy obvio, pero ciertas situaciones son puestas bajo ese tinte porque me parece una herramienta para ponerte rápidamente del lado de los personajes o meterte en su universo. Lo hago desde siempre, desde antes de dedicarme al cine, el humor siempre ha sido mi forma de conectar con la gente y mi forma de lidiar con el mundo.

Finalmente, después de que este proyecto tuviera una cálida recepción en su recorrido por diversos festivales, Ivan se muestra emocionado por seguir contando historias en la pantalla grande y salir de su confort para seguir creciendo como cineasta.

A mí me gusta decir las cosas cuando ya están sucediendo porque siento que cuando cuento los planes la energía se les diluye, pero la verdad es que hay dos proyectos en puerta, en otro tono y en otro género: uno en farsa política y otro es un thriller LGBT. Y también estoy desarrollando otro que va por una onda más de suspenso o terror. A mí me gusta experimentar con los géneros desde la universidad y quiero seguir en esa línea, porque trabajar con otros tonos es un reto y me va a permitir seguir creciendo en otras áreas.

No te vayas sin leer: Oscar 2024: Tótem está entre los finalistas para Mejor película internacional