RESEÑA | Taylor Swift: The Eras Tour | Una velada histórica

Todos los grandes artistas que han pasado a la historia tienen ese concierto inolvidable con el que terminaron de inmortalizar su obra, y gracias al séptimo arte todos tenemos la oportunidad de vivir ese momento mágico aunque haya ocurrido hace décadas. Al hablar de esto, es imposible no recordar a Ziggy Stardust and the Spiders from Mars - 68%, aquella grabación de 1973 que captura a David Bowie en su momento más excéntrico; a The Beatles ofreciendo su último performance en la azotea de los estudios Apple a finales de los años 60, hecho explorado a fondo por el director Peter Jackson en el reciente The Beatles: Get Back; o Pink Floyd haciendo vibrar cada fibra de nuestro ser en el mítico Live at Pompeii; y tampoco podemos dejar fuera la enérgica actuación de Queen en el Live Aid del 85, la cual fue recreada recientemente en el acto final de Bohemian Rhapsody: La Historia de Freddie Mercury - 51%. Es ahora, en 2023, que llega Taylor Swift: The Eras Tour - 100% como el clímax de 17 años de carrera, una velada llena de grandes éxitos que sirve como testimonio de la imponente presencia de Swift en el escenario y su fuerte influencia en la cultura pop. Sea de tu agrado su música o no, una cosa es innegable después ver el filme: no hay nadie como Taylor Swift en la industria actualmente.

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¿De qué trata Taylor Swift: The Eras Tour?

En la película, dirigida por Sam Wrench (Ben Platt: Live from Radio City Music Hall - 100%), el fenómeno cultural de The Eras Tour continúa en la pantalla grande. Sumérgete en esta experiencia cinematográfica de este concierto único en la vida. Podrás disfrutarlo con una vista impresionante de la gira histórica desde la pantalla grande. El recorrido abarca desde la era Fearless que comenzó en 2008 hasta el 2022 con Midnights, y a lo largo de este nos encontraremos con varias sorpresas entre las que se incluye un set acústico con favoritas de los fans que no llegaron a figurar en el setlist final. La gira por estadios de Swift actualmente sigue en curso, y tiene previsto terminar en noviembre de 2024; en el intermedio, la cantante tiene planeado el lanzamiento de la re-grabación de su proyecto 1989 este próximo 27 de octubre.

Estando a la altura de las ambiciones del tour, la película es una experiencia envolvente que te transporta a la primera fila del Estadio SoFi en Los Ángeles con su colosal calidad de imagen y sonido. Si no conseguiste entradas para alguna de las fechas de la gira, este concierto te ofrece la oportunidad de vivir la magia del espectáculo desde los mejores ángulos, con el mismo ritmo vigoroso y la catarsis emocional que las poderosas baladas de Taylor ofrecen. Si ya tuviste la fortuna de asistir a alguno de los recitales, esta es una excelente excusa para revivir los pasajes musicales desde una nueva perspectiva, una en la que los altos valores de producción del show se ponen al frente para que nada pase desapercibido. Aunque un par de canciones fueron removidas de esta versión, en general el setlist sigue siendo el mismo, con todos los hits importantes que harán querer bailar hasta al menos swiftie en la sala.

Uno de los aspectos más sobresalientes del filme es la capacidad que tiene Swift para llenar un escenario tan inmenso con poco más que su carisma natural y una guitarra. Esto no quiere decir que los números con bailarines sean escasos, pero estos solamente llegan a complementar la fuerza como intérprete que tiene una Taylor Swift cómoda en su piel, que entrega todo hasta la última nota y se muestra en dominio de sus habilidades vocales. Aunque en el pasado Taylor Swift: Miss Americana - 93% de Lana Wilson hizo lo suyo para revelar a la persona detrás del mito, no hay mejor vehículo para conocer a Taylor que sus canciones, y en ese sentido la película de Sam Wrench nos da el retrato más completo de quién es Taylor Swift dentro y fuera del escenario, de dónde viene y hacia dónde se dirige.

La puesta en escena para cada una de las eras de Taylor está diseñada con originalidad, y hasta el detalle más minucioso es capturado por la lente de Wrench. Este es el trabajo de un director que claramente sabe como colocar al espectador en el centro de la acción, con un sentido del ritmo inmaculado que le da a cada canción exactamente lo que necesita: en los momentos más movidos como Cruel Summer del álbum Lover, ...Ready for It? de Reputation o Blank Space de 1989 las tomas amplias y edición frenética hacen justicia tanto a la inmensidad de las canciones como del escenario, mientras que en cortes melancólicos como All Too Well o Champagne Problems se opta por un enfoque más discreto y sensible, con primeros planos en los que las expresiones faciales de Swift son suficientes para provocarnos un nudo en la garganta. Al final, se siente como si Wrench hubiera entendido a la perfección qué es lo que hace de Taylor y el Eras Tour algo especial: la conexión con el público, y logra trasladar eso a la pantalla grande con mucha naturalidad.

Las palabras se quedan cortas para enfatizar cúan brutal es la calidad de sonido en Taylor Swift: The Eras Tour. Aquí claramente hay una visión de que esto se disfrute exclusivamente en salas de cine con los bajos retumbando en cada una de las bocinas, y la ecualización está calibrada para darle a cada intrumento su protagonismo correspondiente sin que ninguno se vea opacado. Algo que sucede en particular con las artistas pop es que en las grabaciones de sus conciertos se le da prioridad a la voz y todo lo demás queda relegado en segundo plano, pero aquí bajo, guitarra, batería, sintetizadores e incluso los gritos de los fans reciben la misma atención que la propia Taylor y eso ayuda a evocar la sensación de estar presencialmente en el recinto. Al final, que este viaje por la memoria resulte ser una montaña rusa emocional es 50% por el excelente desempeño de Swift en el escenario y el otro 50% por todos los aspectos técnicos operando al máximo para garantizar la satisfacción de los asistentes.

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Las canciones de The Eras Tour

Los 170 minutos de duración no van a resultar ningún problema para el público objetivo de la película, que son única y exclusivamente los fans de Taylor Swift, todos los demás no encontrarán mucho a que aferrarse. Si formas parte del primer grupo, saldrás extasiado y con ganas de más, ya que el concierto es un sueño hecho realidad con Taylor, su banda y su grupo de bailarines en su mejor momento, como si estuvieran dando el último show de sus vidas. Casi todas las eras se componen de 5 canciones que pasan volando, y cada performance tiene un sello distintivo que le da variedad al conjunto, destacando particularmente aquellos que involucran aspectos teatrales. Aunque como tal no hay una narrativa formal, la forma en que todo está acomodado hace sentido en este crescendo de menos a más, y cuando llegamos al momento final donde todos realizan una reverencia en el centro del escenario tenemos esta sensación de haber caminado por una línea del tiempo que culmina en el momento preciso sin haber omitido ningún hito en la carrera de la cantante.

Si tuviera que quejarme de algo, diría que terminar con la era Midnights se siente un poco anticlimático. No es por quitarle méritos al último trabajo formal lanzado por Swift, pero el álbum ya tiene tiempo de haberse publicado y siendo objetivos las canciones no han terminado de asentarse como trascendentales en la larga carrera de la cantante, ni siquiera los sencillos Anti-Hero y Lavender Haze. Personalmente, me hubiera parecido una decisión más acertada colocar este pasaje como la introducción y para el gran final hubiera guardado el segmento dedicado a 1989, considerado por muchos fans como la obra más completa y redonda de la cantautora, cuyos éxitos hasta la fecha siguen sonando alrededor del mundo.

Finalmente, Taylor Swift: The Eras Tour - 100% es la celebración definitiva de 17 años de carrera y la consolidación de Swift como una de las figuras más icónicas en la industria musical. Con un repertorio de 40 canciones, una de las producciones más lujosas de todos los tiempos y un apartado técnico impecable, no cabe duda que este será el trabajo con el que la intérprete será recordada en la posteridad, uno en el que terminamos de conocerla a fondo a través de lo que realmente importa: la música.

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