The Flash - 60% atraviesa un reto más grande que las consecuencias de Barry Allen cambiando la realidad. La taquilla de la adaptación del emblemático evento de los cómics Flashpoint ha sido un fracaso que incluso ha desafiado a las proyecciones de los especialistas. La película dirigida por Andy Muschietti, escrita por Christina Hodson y protagonizada por Ezra Miller, Michael Keaton y Sasha Calle podría ser una de las más grandes decepciones para Warner Bros. en torno al universo DC, una prueba más de que el estudio tiene mucho trabajo por hacer en los proyectos que anunció cuando James Gunn y Peter Safran asumieron el mando de DC Films.
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Su elevado costo de US$220 millones, que no incluyen los gastos promocionales, es una traba para cualquier posibilidad de alcanzar el éxito o al menos de recuperar su presupuesto. Según expertos en taquilla, The Flash debía alcanzar al menos US$120 millones en su primer fin de semana para tener una oportunidad de convertirse en un proyecto rentable, pero las proyecciones le dieron la mitad y el filme terminó recaudando menos que eso (US$55 millones). Le tomó alrededor de una semana alcanzar la cantidad que hubiera sido ideal para su estreno, y los números se están moviendo lentamente, como si las salas de cine estuvieran vacías cada vez que se proyecta la película.
Muchos factores entran en consideración para justificar por qué un proyecto que en papel debía triunfar, o al menos tener al público de su lado, está consiguiendo lo opuesto. Además de su elevado presupuesto, The Flash fue promocionada sin su estrella debido a la controversia que lo rodea, y del resto de su elenco muy poco se vio en programas de televisión o Internet. Errores en su “estrategia” como funciones previas a su estreno para fans y ciertos descuidos en su realización también son parte de las pobres decisiones que se tomaron para este proyecto.
El daño está hecho, pero queda ver cuán grande será. En este artículo juntamos varias razones que claramente tuvieron parte de la responsabilidad en el desempeño de la película en la taquilla y la recepción que ha tenido desde antes de su llegada a cines. Por estas razones, The Flash pinta como un fracaso seguro en lugar de ese avance que tanto necesita la franquicia de Warner Bros.
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La controversia de Ezra Miller
Ezra Miller es uno de los factores por el cual la película de DC se está arrastrando lentamente en la taquilla, pero la controversia en torno al actor no lo es todo, sino que empezamos por él para demostrar que hay otros factores que le están jugando en contra al desempeño que pudo haber tenido este proyecto. Desde el video donde Miller asfixia a una mujer hasta comentados casos de alteración del orden público, agresión y acoso, el protagonista de The Flash - 60% ha ocasionado rechazo por parte de potenciales espectadores de la película y ha contribuido a dar una mala imagen tanto para el proyecto como el estudio. El futuro de la producción
The Flash ya era una película “maldita” desde el comienzo
La adaptación es otro producto más de un estudio que invirtió más de US$200 millones en esta producción. No había forma de que realmente fuera a dar un paso al costado o cambiar a su actor principal, así que The Flash - 60% siempre iba a seguir en marcha. Sin embargo, varios factores causaron que la película sea una receta garantizada para el desastre, haciendo que esté “maldita” mucho antes de llegar a los cines: Ezra Miller, el hecho de ser el trabajo de una corporación que necesita avanzar en lo que sea que sigue para su universo cinematográfico, hacer espacio para el nuevo camino planteado por James Gunn, entre otras cosas. Conseguir un director y un guionista que se queden en el proyecto, y sobre todo que puedan completarlo fue una tarea muy difícil que tal vez no habría logrado otra dupla que no fuera la de Andy Muschietti y Christina Hodson , muy competentes por cierto. Ambos hicieron lo mejor en el escenario en el que se encontraban y tampoco es que tuvieran muchas libertades, o de lo contrario no habría un trasfondo de diferencias creativas con el estudio. Hay que recordar que algunos nombres se habían vinculado a The Flash en 2014 y si no fuera por ellos tal vez aún no tuviéramos una película. Además, en vista del caos de la franquicia y la poca relevancia que tienen sus estrenos en estos meses (debido a que todo cambiará con los estrenos bajo el mando de Gunn y Peter Safran), el público también muestra un desinterés.
Mucho ruido, pocas nueces con la promoción: sin Michael Keaton ni Ezra Miller y la exagerada afirmación de “mejor película de superhéroes de todos los tiempos”
Parecía que The Flash - 60% estaba en todos lados. En redes sociales era frecuente encontrar algún anuncio, o tal vez alguna activación pequeña a nivel local en algunos países. Sin embargo, no tuvo una promoción “normal”: su estrella no pudo liderar las apariciones especiales de los actores en programas de televisión y Michael Keaton, que podría decirse era muy esperado por los fans de Batman, tampoco lo hizo aunque podría deberse a que está trabajando en la secuela de Beetlejuice, el súper fantasma - 81%. Miller ni siquiera participó de manera usual en la premiere de la película, y cualquier tipo de promoción a través de entrevistas quedó para Sasha Calle, la destacada Supergirl de esta adaptación. La huelga de guionistas también tuvo que ver, ya que los programas de mayor audiencia que suelen ser visitados por actores en Estados Unidos se encuentran detenidos por dicha huelga y con ello la producción pierde valiosas plataformas de exposición. Para una película de superhéroes es típico inundar a la gente de publicidad en revistas y televisión, pero el combo de una estrella ausente (y de paso vista como problemática) con una programación irregular le pasó factura a The Flash. Podemos sumar la hipérbole de Warner Bros. que intentó vender la película como una obra maestra, cosa que no fue, y terminó lastimando cualquier posibilidad de obtener una reacción más positiva del público. Las expectativas ya eran bajas, pero una mayor “modestia” en la comunicación empleada para vender este producto podría haber beneficiado al estudio ya que podría haber dado lugar a sorpresas para la audiencia.
Funciones gratuitas para miles de fans (y la ausencia de sorpresas debido a los spoilers)
Mencionamos que promocionar a The Flash - 60% de una manera más humilde y no como la obra maestra que no es podría haber contribuido a que el público se sorprenda. Eso no ocurrió, y en parte se puede culpar a la cantidad de spoilers que hubo antes de su estreno. Ofrecer funciones para los fans, mucho antes de su preestreno, fue una decisión pésima por varias razones: según el usuario de Twitter PodKatz, la película fue mostrada a decenas de miles de personas por adelantado. Warner Bros. se hundió al regalar la entrada a miles de personas creyendo que era una gran estrategia de marketing; perdió dinero y de paso se ganó muchas críticas en Internet y además spoilers. Lo que el estudio menos necesitaba era mala publicidad, pero es justamente lo que obtuvo al hacer esa jugada, y después de todo lo que se estaba diciendo no fue una buena idea decir que The Flash era una obra maestra. Los spoilers no solo salieron de la gran cantidad de público que estuvo allí, sino peor aún, del director Andy Muschietti cuando por alguna razón se le ocurrió revelar que Nicolas Cage interpretó a Superman. Cualquier posibilidad de entusiasmar al público se perdió con anterioridad, enterrando el poco deseo que la audiencia tenía de ver el filme. Las funciones usuales de prensa habrían llevado a los fans a leer sus reacciones y al menos a una mayor curiosidad sobre si lo que se dice es cierto o no.
La debacle y excusa sobre los efectos visuales
Con un presupuesto de alrededor de US$220 millones, que al parecer no incluye el marketing de la película, se esperaría que The Flash - 60% luzca increíble. Al tratarse del velocista escarlata sabemos que los efectos visuales entran mucho en juego debido a las habilidades que tiene el personaje, y eso es lo que intentó hacer Warner Bros. en esta ocasión. En realidad no fue una sorpresa comprobar que este aspecto del filme es uno de los peores y no parece haber justificación para tal presupuesto cuando el resultado no es el mejor. Los cameos se parecen a los gráficos de consolas de videojuegos antiguas y entre tango CGI a veces hasta la cara de Barry Allen se ve extraña. Según Andy Muschietti, los efectos visuales no lucen perfectos porque lo hicieron a propósito para demostrar el punto de vista del héroe, pero no tiene sentido. Ahora, en algunas funciones se presentó la película sin que esté finalizado el trabajo en esta área, pero no sabemos si realmente hubo una diferencia. En varias escenas, como la de los bebés, los personajes parecen de caucho y por más que el director intente afirmar que fue una decisión creativa, es inevitable pensar que para el presupuesto que manejó el filme debió tener un mejor acabado final, y además la narrativa sobre lo mal que luce también lastima a la película.
Los fans no están felices con el estado del universo DC
La eterna controversia sobre lo que está haciendo la franquicia con sus personajes también influye en la recepción que ha tenido The Flash - 60%. La intención del estudio de reiniciar lo que tenía hace unos años, desde El Hombre de Acero - 55% de 2013, hizo que los fans estén en desacuerdo. Unos aman el “SnyderVerse” y son muy vocales al respecto, mientras que otros no están del lado de lo que se está haciendo actualmente, sino que hay mucho escepticismo en el ambiente. Después de los fracasos comerciales de películas como Black Adam - 52%, los rumores sobre una terrible secuela de Aquaman y el hecho de que cualquier nuevo lanzamiento no podrá ser recibido con los brazos abiertos porque es probable que no tenga relevancia alguna en el futuro de la franquicia, no cabe duda que mucha gente, independientemente del “bando” en el que están tienen sentimientos encontrados hacia este universo. The Flash llegó en un momento en el que la tendencia son los multiversos y las visitas a lugares conocidos por los fans; en otra franquicia habría causado una enorme felicidad, pero DC aún tiene mucho trabajo por hacer para generar esas emociones.
Una versión disminuida de Flashpoint para un Flash que no ha demostrado mucho
Superman y Batman son héroes que por tradición no necesitan demostrar que son poderosos y pueden afrontar todo tipo de retos. Flash, en la versión de Ezra Miller, ha realizado varias apariciones en películas pero usualmente es un “pasajero” de las aventuras de otros. Cameos, versiones muy chistosas del personaje, ciertamente han cambiado la idea de Barry Allen que los fans conocían, y en su primera aventura en solitario cuenta con un mayor protagonismo, pero lo vuelve a hacer en una historia donde sobresale la presencia de otros héroes. Si bien es cierto que Flashpoint ayuda a conocer más sobre su trasfondo y le da más ese valor de figura principal y superhéroe, la versión de la historia que llegó a cines presenta muchos cambios que podrían haber contribuido a una mayor seriedad para los problemas en que se mete el protagonista. Pero está bien, podemos decir que lo que ocurre con Supergirl y el Batman de Keaton es suficientemente grave como para decir que existen consecuencias que él debe afrontar. No obstante, la historia arriesga mucho al no poder sostenerse mientras intenta comunicar varios conceptos y le resta el protagonismo (termina siendo un pasajero en su propia película). Este Flash necesita retos más grandes que lo pongan al nivel de otros grandes superhéroes, y para el momento del estreno de esta adaptación aún no los ha tenido.
Cuando un proyecto es anunciado puede haber una gran emoción detrás. Pero si han pasado varios años y muchos cambios, termina siendo viejo y obsoleto para el público que en su momento estuvo interesado. Se había anunciado una película del superhéroe en 2014 con una fecha de estreno en 2018. El DCEU parecía estar en buena forma, pero como sabrán Liga de la Justicia - 41% fue el inicio de su destrucción, y tras su estreno llegaron muchos cambios a la franquicia. Los guionistas iniciales se alejaron del proyecto y prácticamente cualquier persona involucrada lo hizo por diferencias creativas. El cambio de dirección que ha tenido la franquicia en el proceso también debe haber desgastado a muchos e incluso lo que iba a ser en algún momento una película de Flash y Cyborg pasó a ser una adaptación de Flashpoint. Ese vaivén también cansa al público, especialmente cuando han transcurrido años y nada de lo que se anuncia parece que va a ser para mejor. Lo que en una época fue fresco y tenía al público pendiente, empezó a volverse obsoleto y el interés bajó hasta el punto en el que muy poco interesaba si al final se hacía o no la película.
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