Puede que James Gunn esté trabajando muy duro en la renovación del DCU, y su prioridad en estos momentos sea su nueva versión de Superman; sin embargo, antes de poder seguir con esos planes, el director debe despedirse para siempre del universo cinematográfico de Marvel que le abrió tantas puertas.Guardianes de la Galaxia Vol. 3 no sólo tiene la difícil tarea de encontrar un lugar propio en esta fase de la franquicia que no ha funcionado del todo, también debe ser la gran despedida para este equipo de inadaptados que siempre encuentran la forma de salvar al mundo. La tercera entrega está por estrenarse y parece que podría convertirse en una de las favoritas de los fans.
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Estos personajes llevan años capturando seguidores en el mundo de los cómics, pero no parecía muy apropiado llevarlos a la pantalla grande porque no eran tan populares entre el público general. A diferencia de Iron Man o Capitán América, que ya eran conocidos al menos de nombre, los Guardianes tenían un canon muy oscuro todavía. James Gunn insistió en trabajar una adaptación porque estaba convencido de que funcionarían muy bien y su convicción fue acertada, pues Guardianes de la Galaxia - 91% terminó por cambiar de manera positiva el propio UCM y lanzó a la fama a estos héroes y al elenco, especialmente a Chris Pratt, quien se convirtió rápidamente en uno de los actores mejor pagados de la industria.
La película fue un éxito gracias a la relación familiar que los actores lograron desarrollar de inmediato, y aunque no todos quedaron muy satisfechos con el final, para otros reflejaba muy bien la dinámica del equipo que suele ser bastante caótica e impredecible. Estos héroes abrieron un mundo de posibilidades para las adaptaciones de Marvel y definitivamente fueron clave para la aparición de Thanos en Avengers: Infinity War - 79% y Avengers: Endgame - 95%. A pesar de ser realmente importantes para la franquicia, Gunn no quería descuidar la parte más íntima y personal de los personajes, por lo que dedicó Guardianes de la Galaxia Vol. 2 - 82% a explorar el origen de Peter Quill y la tercera entrega al trágico pasado de Rocket (Bradley Cooper).
Guardianes de la Galaxia Vol. 3 - 85% debuta con calificación positiva, y en esta ocasión presentará a los héroes en su última misión, y aunque no sabemos qué sucederá con los personajes, es seguro que podemos esperar una historia conmovedora con algunas pérdidas. Pero la entrega también presentará nuevos personajes y villanos, como High Evolutionary, interpretado por Chukwudi Iwuji; y Adam Warlock, con Will Poulter dando vida a esta esperada figura. También tendremos la reunión entre Quill y Gamora (Zoe Saldana), quien pertenece a otra línea temporal porque la original fue asesinada por Thanos y ahora no reconoce nada sobre su romance con el héroe ni su sentido de familia con el resto del equipo.
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Guardianes de la Galaxia Vol. 3 - 85% está por llegar a cines del mundo y se espera que logre lo que Ant-Man and the Wasp: Quantumania - 60% no pudo, reforzar la nueva fase de Marvel. Aunque James Gunn ya aclaró que trabajó la secuela como una historia independiente, de todos modos forma parte de una franquicia más compleja, así que los fans están muy interesados en conocer el resultado. Las primeras críticas parecen dejar en claro que la cinta apelará a los fans, pero otro tipo de espectadores podrían quedar atrapados en la rutina del género de superhéroes.
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Kristy Puchko de Mashable:
Guardianes de la Galaxia, Vol. 3 es una gran decepción. Si bien algunas de sus estrellas logran brillar a pesar de un guion que es un agujero negro de tristeza, la decepcionante acción, la intrincada trama y la confusa partitura agregan peso muerto en lugar de elevarla. Al final, los créditos son una bendición, no un fastidio.
Peter Bradshaw en The Guardian:
La franquicia Guardianes de la Galaxia de Marvel ha estado funcionando durante casi una década, el tiempo suficiente para que su estrella Chris Pratt haya crecido por completo hasta convertirse en un líder para dejar atrás el giro cómico. El fornido Drax de Dave Bautista es el que se roba las escenas mientras muestra sus dotes de comedia. La cinta es demasiado larga, sí, y finalmente alcanza una importancia y un cierre emocional (tal vez inspirado en la propia redención corporativa emocional de Gunn) que no termina por abarcarlo todo.
Helen O'Hara en Empire:
James Gunn cierra su trilogía con un triunfo: una gran mezcla de humor y terror con un corazón tan grande como Drax. El resultado es demasiado caótico y extenso para igualar el ritmo de la primera película, pero está repleto de grandes momentos y mucho más emotivos. Esta vez, el peligro no es una amenaza amorfa para la vida en toda la galaxia, sino una crisis personal.
Kate Erbland en IndieWire:
Gunn siempre se las ha arreglado para traer su propio sabor al MCU, un valor atípico en una franquicia que continúa aplanando sus historias y personajes con la esperanza de encajarlos a todos en una gran caja, una y otra vez, y su entrada final en este espacio ofrece el tipo de despedida que solo él podría crear. Y si bien, inevitablemente, abre la puerta a más aventuras para esta banda salvaje de héroes inverosímiles, lo hace en sus propios términos. Y, realmente, hace algo salvaje, algo cada vez más raro en el camino: te hace "sentir", tan desordenado, extraño e inesperado como podría ser.
Ross Bonaime de Collider:
[James] Gunn encuentra la manera perfecta de terminar cada una de las historias de estos personajes de una manera que se siente adecuada en la línea con la dirección en la que han estado yendo todo este tiempo. Mientras que la edición de Vol. 3 a menudo puede ser un poco caótica, con la película yendo y viniendo entre la historia de Rocket y la última misión de los Guardianes sin ningún ritmo o razón real, esto sólo distrae un poco y a pesar de eso logra crear una combinación exitosa en general de las tramas.
Damon Wise en Deadline:
...no hay signos de agotamiento en las aventuras de Star-Lord y compañía de Chris Pratt . Sin embargo, hay signos de desgaste en las convenciones de la serie (...) Desafortunadamente, todos se están divirtiendo tanto que la película de Gunn no sabe muy bien dónde terminar, sacando el clímax obvio y luego flotando en una especie de limbo existencial mientras los personajes dicen adiós hasta que cae el telón.
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