Un buen documental siempre se caracteriza por retratar la realidad sin filtros y con el mayor nivel de honestidad posible por parte de sus protagonistas y autores. En el mundo existen un sin fin de temas y hechos dignos de convertirse en documentales, pero solo los cineastas más valientes se arriesgan a abordar temas tan delicados en sus largometrajes; una de ellas es Alejandra Sánchez, una cineasta mexicana que lleva años filmando documental y ficción y utiliza el cine como una poderosa vía de denuncia social. Sus proyectos se han presentado en diversos festivales alrededor del mundo donde ha recibo importantes premios, entre ellos el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).
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Este año Sánchez regresa al FICM 2022, para presentar su más reciente trabajo titulado Placeada. Historia íntima de una ex-sicaria, un sorprendente documental acerca de una mujer de 43 años que busca encontrar un nuevo camino en su vida e intenta liberarse de su pasado. Placeada. Historia íntima de una ex-sicaria forma parte de la programación de la edición número 20 del FICM. Este largometraje de no ficción también fue co-producido por Astrid Rondero, otra talentosa cineasta mexicana, co-guionoista y productora de la galardonada cinta Sin Señas Particulares - 
100%. Rondero también fue productora, co-escritora y directora de su cinta Los Días más Oscuros de Nosotras - 90%.
La trama de Placeada. Historia íntima de una ex-sicaria nos presenta a Gaby, quien nos relata a detalle algunos de los episodios más oscuros de su vida mientras se involucró en el crimen organizado. A través de testimonios, entrevistas y material de archivo, conocemos el lado más humano de una víctima y victimaria, sus memorias más personales, así como los peligros que atravesó durante los años que arriesgó su vida en busca de mejores oportunidades.
El documental abre con una imagen de un coche que va dejando un camino atrás, que implícitamente nos lleva a entender que estamos ante una historia de redención. La protagonista ve por el espejo retrovisor, como si mirara simbólicamente la forma en se quedan atrás los momentos más dolorosos de su antigua vida. El material de archivo que se utiliza desde la presentación del título, nos pone en contexto de la situación que enfrenta México en temas relacionados en temas de seguridad, la guerra contra el narco, acusaciones mediáticas de políticos involucrados con el crimen organizado y hechos violentos que han dejado dolorosas heridas en la historia de nuestro país.
En materia de seguridad, México aún tiene miles de casos con profundas heridas abiertas y que probablemente nunca lleguen a cicatrizar. Lo mismo sucede con la historia de Gaby, una vida marcada por una infancia llena de violencia intrafamiliar, daño psicológico y pérdidas que ha pesar del paso de los años no ha logrado sanar, su mente continúa en duelo con su pasado, al igual que México en la guerra contra el narco.
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La directora evita hacer juicios sobre su protagonista, en cambio, nos muestra el lado más vulnerable de Gaby y nos hace empatizar con sus emociones llenas de dolor. La cinta plantea los riesgos de crecer en un contexto lleno de violencia y con padres que provocan problemas de salud mental con actos hostiles. También se enfoca en la facilidad con la que los niños y adolescente pueden ser reclutados para formar parte del crimen organizado y las razones que los orillan a seguir por ese camino. Por supuesto, también nos expone las letales consecuencias que se enfrenta toda persona que se adentra a tal mundo. En muchas ocasiones, el ocaso de la vida llega de manera anticipada para los involucrados. La vida se vuelve amarga como un café negro. Esto también se descubre a través de una fotografía llena de planos detalles y grandes planos generales que construyen momentos que nos hacen comprender la historia en un sentido más amplio.
El documental no pretende ser moralista ni aleccionador en su tratamiento, pero hace hincapié en cómo influyen las decisiones que se toman en la vida, algunas de ellas provocan efectos irreversibles. Sin embargo, en la juventud la vida se dispara tan rápido como una bala y en México existen circunstancias tan complicadas que a veces es más sencillo tomar atajos peligrosos en lugar de decisiones acertadas. Gaby decidió tomar su camino para escapar de la violencia de su hogar, del machismo que predominaba en su familia y nos hace preguntarnos junto a ella: ¿Cómo sería su vida si las cosas dentro de su familia hubieran sido diferentes?, ¿Qué hubiera ocurrido si no hubiese vivido en un México tan machista y violento?
Gaby relata que para ella ha sido más difícil superar el daño emocional que vivió, que los golpes físicos que recibió en su infancia. Pasó 17 años en prisión (desde 1998 hasta 2015), pero incluso en libertad, no logró sentirse en paz consigo misma ni con las personas de su pasado. En la cinta se repite en varias ocasiones la imagen de mujeres frente al océano, frente a un mundo de posibilidades, pero que también son alcanzadas por fuertes olas de realidad de un México que está lejos de ser paradisíaco.
Placeada. Historia íntima de una ex-sicaria, merece un enorme reconocimiento para todos los cineastas involucrados en la creación de este proyecto. Es una cinta que vale muchísimo la pena ver para reflexionar acerca de la cruda realidad que continúa afectando en estos momentos a nuestro país. La naturalidad con la que está filmada, el talento creativo y técnico con el que está narrada, además de la valentía de contar esta historia hacen de este largometraje una pieza imprescindible en el cine mexicano.
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