“Yo dibujaría algunos de los cuentos más grandes por completo y dejaría muchos otros en planos e ideas. Cada evento deberá estar vinculado a un todo majestuoso y aun así dejar espacio para otras manos y mentes blandiendo pintura y música y drama”, al propio J.R.R. Tolkien le parecía un sueño la idea de que otros retomaran su obra, como pueden leer en este fragmento de la carta 131 al editor Milton Waldam. Esa es exactamente la tarea que John D. Payne y Patrick McKay realizaron con El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder - 90%. Que lo hicieran con tremendo tino ya es otro titánico logro por sí mismo.
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Ambientada miles de años antes de los eventos de El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo - 91%, El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder - 90% es la historia de cómo Sauron forjó estos artefactos y, eventualmente, fue derrotado por los pueblos de Tierra Media. En el texto, hay apenas unas cuantas páginas sobre este periodo de su legendarium, pero Prime Video se comprometió a hacer varias temporadas de ellas. El resultado es una adaptación que con precisión casi quirúrgica, y por lo menos en sus dos primeros episodios, consigue extraer la esencia de la obra de Tolkien.
Cerca de una docena de personajes compartirán la pantalla en este relato que comienza a sentar las bases del regreso de Sauron. Mientras los elfos preparan una importante obra y los humanos en Númenor se alistan para perseguir al incipiente mal, la nueva edad de este fantástico mundo se enmarca con la llegada de un misterioso extraño que tiene por guías a dos curiosas pelosas. Y esto es apenas el inicio.
Todo esto para decir que, si bien cada lector debe tener su propia experiencia al leer la obra del autor, es posible encontrar anclajes a lo que “es Tolkien”. La majestuosidad de Tierra Media, el místico sentido de un mundo mágico esperando ser descubierto y un conjunto de personajes que se sienten como viejos amigos y con quienes te emociona, y atemoriza, enfrentar desconocidas aventuras: todo esto se presenta en los primeros dos episodios de Los Anillos de poder.
Estos efectos se consiguen a través de tres elementos: la fotografía, la dirección y las interpretaciones. No pudo haber mejor elección para encargarse de esta bienvenida que J.A. Bayona. Mientras las imágenes y sus colores dibujan la magia de las criaturas, luces de la tierra y horrores de la guerra, también la cámara se regocija en el diseño de producción y la escala de las batallas y civilizaciones que encontramos en estos primeros episodios. El cuidado con el que se hizo un montaje, en forma de prólogo, en el piloto y una pelea contra un orco, que se adhiere con cariño a las reglas del horror, son algunas de las secuencias más destacables.
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El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder - 90% hizo bien en apoyarse en actores carismáticos. Ya sea la calidez del hogar de Disa (Sophia Nomvete) y Durin IV (Owain Arthur), la sorpresiva reunión de Elrond (Robert Aramayo) y su amigo enano, el dulce humor y curiosidad de Nori (Markella Kavenagh), el sentido de deber de Galadriel (Morfydd Clark) y la sensación de un romance prohibido entre Bronwyn (Nazanin Boniadi) y Arondir (Ismael Cruz Cordova), este elenco no falla en darle vivacidad a personajes bien delineados por los ya mencionados Payne y McKay. Una interpretación que se siente incluso menos melodramática que la que se puede encontrar en los filmes de Peter Jackson.
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Este texto comienza recordando que el propio Tolkien soñaba con elaborar una obra que llamara a otras manos y mentes a rellenar los rincones que él dejó, deliberadamente, olvidados. Sería imposible hablar de las expectativas que hay para este show, así como de la irracional decisión de muchos que ya han optado por asumir una opinión negativa sobre ella, guiados por incesantes comentarios en línea de otros quienes ni siquiera la han visto pero creen saber lo que “es Tolkien”. Y todo bajo el “pretexto”, que se antoja más bien como ignorante presunción, de que el autor no la habría reconocido por ser ajena a su contexto histórico, social, cultural o peor aún: racial.
A ellos, no hay más que arrojarles las palabras del escritor sobre lo que pensaba de esos esfuerzos por determinar, definitivamente, el significado o sentido de su trabajo, ahora del prefacio a la segunda edición de El señor de los anillos: “un autor no puede permanecer totalmente inafectado por su experiencia, pero las formas en las que una historia usa el terreno de esa experiencia para germinar son extremadamente complejas y los intentos por definir el proceso son, en el mejor de los casos, suposiciones hechas a partir de evidencia que es inadecuada y ambigua”.
No rebusquen evidencia inadecuada o ambigua sobre lo que Tolkien hubiera pensado o no, de una de las muchas adaptaciones que llegó a imaginar para sus leyendas. El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder - 90% presume, en cada departamento, la pasión que existe por ellas, desde los efectos especiales, hasta los diálogos de los personajes y los escenarios que dan hogar a cada secuencia. Los primeros dos episodios son, de menos, los seductores toques en la puerta que invitan a un viaje inesperado. Sean como Bilbo y abran con buenos modales. Puede que un mago esté del otro lado listo para guiarlos hasta un tesoro. La serie se estrena este dos de septiembre en Prime Video.
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