Cualquiera que presente la mínima atención al panorama político mundial, puede ver que en los últimos cinco años, el mundo parece girar cada vez más rápido hacia la derecha, el conservadurismo y el nacionalismo. ¿Cómo se vería la sociedad si esa tendencia siguiera como la guía? Esa es la pregunta que se plantea Divino Amor, del brasileño Gabriel Mascaro, con quien tuvimos la oportunidad de platicar sobre su distopía neón.
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Divino Amor, que forma parte de la Muestra 68 de la Cineteca Nacional, cuenta la historia de Joana (Dira Paes), una burócrata enamorada del status quo religioso que se dedica, a través de un grupo de ayuda, a reconciliar parejas que intentan divorciarse. Ella está desesperada por tener un hijo, pues se considera el mayor regalo de la divinidad a la procreación, pero ella y su marido tienen problemas de fertilidad. Cuando finalmente lo consigue, las cosas no salen como ella espera.
¿Qué tanto se inspiró Mascaro en el Brasil de Jair Bolsonar, ex militar de derecha que ganó la presidencia en 2018? Hay, explica él, una clara intención por reflejar la fuerza que ha adoptado la religión evangélica en la discusión pública de su país.
La verdad es que lo que me inspira es propio cambio cultural y político en Brasil. Los últimos tres años, la periferia ha cambiado profundamente con la fuerza de la iglesia, especialmente la evangelista. Ese cambio empezó a ocupar los centros y hoy está en medio de la política brasileña. Estamos hablando de una religión que tiene cada vez más fuerza y que es el sustento del movimiento conservador brasileño. Surgió como una importancia fundamental hacer esta película en este momento.
En Divino Amor, la religión no sólo está arraigada en las instituciones políticas, sino también se ha vuelto un objeto de consumo masivo. Esto se refleja en la propia búsqueda de Joana por guía de la mano de un pastor que trabaja en una especie de drive-thru, como los de comida rápida. En los que las personas se detienen a confesarse y hablar con los clérigos.
El filme subvierte las expectativas de la mayoría de los filmes que tratan sobre distopías, en las que el protagonista busca derrotar y sublevarse contra el sistema. A diferencia, por ejemplo de los héroes de El Expreso del Miedo - 
95%, Joana ama la situación en la que vive, realmente cree que su fe es todo lo que dice ser y busca, al contrario, acercar a la gente a cumplir con los roles que se esperan de ellos. En este sentido, crea un comentario crítico pocas veces explorado en el cine, pues si bien advierte sobre los peligros de darle poder a las instituciones religiosas, no niega la importancia de ser espiritual ni antagoniza la fe individual. Esto fue un reto para Mascaro:
Sí, es un tema muy importante. Un desafío artístico fundamental es hacer la separación entre la fe individual de un personaje, y una personaje que, además la película nunca juzga, quería investigar a este personaje que tiene una fe increíble mientras que sí entra en conflicto con la fe institucional, con la iglesia. Hice un desplazamiento y fue un desafío porque soy una persona que no tiene fe, no tiene religión, soy ateo.
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Al contrario, y sin revelar muchos detalles, la propia trama valida la fé de Joana y, al mismo tiempo, condena el cinismo con el que luego ella es tratada por parte de ese sistema. Aunque el filme tiene elementos de ciencia ficción, tales como detectores de embarazos o tratamientos muy avanzados contra infertilidad, para el realizador era importante no centrar el discurso en la tecnología, sino en el aspecto cultural, uno que, además, no ve muy lejano del Brasil de hoy en día. Esto explica cuando le preguntamos si ve a su país acercarse a la versión del mismo que presenta en su producción ambientada en 2027:
Sí, lo que está pasando. No sólo en Brasil. Los presidentes, los liderazgos políticos están más lejos de la tesis científica y más apegados a la tesis religiosas, especialmente en una pandemia esto es un tremendo golpe. Bolsonaro tiene una gran fuerza. El medio más grande que recibe plata del gobierno es un canal cuyo dueño es un pastor evangelista. Es una alianza tremenda, en defensa de una agenda conservadora anti aborto, contra el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. Está pasando algo muy violento muy grave. Y la distopía así se aproxima. La locura del divino amor no está tan lejos.
Divino Amor forma parte de la selección de la 68 Muestra Internacional de la Cineteca, la cual comenzó hace una semana, ahí pueden revisar qué día y función les queda mejor si es que ya regresaron al cine. Recuerden que, como con el resto de los otros complejos de salas, está operando bajo medidas como un aforo limitado y el uso de cubrebocas obligatorio.
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