A finales del siglo pasado era casi un sueño “guajiro” el pensar que pudieran llegar a nuestro país exposiciones sobre directores de trascendencia internacional, dígase Tim Burton o Alfred Hitchcock -en ambos casos ya sucedió recientemente-, y ya no digamos que estas pudieran estar dedicadas a la imaginería creada alrededor de la obra de un director mexicano. Ahora, Guillermo del Toro sin duda marca un importante precedente, al corresponder a ambas expectativas presentando En Casa con mis Monstruos, sin embargo, hay mucho más que eso.
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De entrada, la ya esperadísima selección realizada por el galardonado director de arte Eugenio Caballero, después de su trayecto por distintas partes del mundo, por diversas razones que por supuesto incluyen el origen tapatío del célebre responsable de La Forma Del Agua - 92%, además de la circunstancia de algunas de las piezas incluidas que pertenecen a otras colecciones; se saltan la otrora obligada parada en la Ciudad de México, para irse directo a realizar su cierre en Guadalajara, dando una más que necesaria bofetada al usual centralismo de los eventos culturales y de entretenimiento.
Pero además está la reivindicación de manifestaciones artísticas antes menospreciadas, y que ahora comparten espacio con otras que son veneradas a todos los niveles. Es así que en medio de atmósferas que evocan los espectáculos de fenómenos propios del Londres del siglo XVII, mismos que luego se unieron al universo circense en la época Victoriana -un asunto que no solo no se ignora, sino que se enfatiza en la instalación-, y que por momentos reviven el espíritu de las tradicionales matinées; se puede ver arte original de películas de Disney, por ejemplo, el número uno del cómic de Hellboy o las reproducciones del monstruo de Frankenstein, junto a la primera edición de libros como El Llano en Llamas y Pedro Páramo, entre otras muchas piezas invaluables.
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Todo como parte de la serie de referencias que le sirvieron al director mexicano, para nutrirse y detonar la enorme capacidad imaginativa que le distingue y que ha ido vaciando a lo largo de su trayectoria tanto en la pantalla grande como en la chica, a través de producciones que retoman y reinterpretan el espíritu original de la fantasía y los relatos de terror, mismas que van de Cronos - 89% y El Espinazo del Diablo - 92%, a Titanes del Pacífico - 71% y la serie The Strain (2014-2017).
Y es que como bien lo mencionó en su momento, la exposición no tiene como eje central las películas que ha realizado, sino aquello que le sirvió para llegar a ellas, es decir se trata de una mirada a los procesos creativos sin demeritar las influencias que ha tenido en las distintas etapas de su vida, lo que aunado a la naturaleza altruista que en este caso acompaña el proyecto, convierte a En Casa con Mis Monstruos en un evento que va más allá de las salas y nos recuerda las múltiples formas que existen de acercarse al fenómeno cinematográfico.
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