¿Es la magia de un clásico suficiente para dar empuje a un remake? Difícilmente y prueba de ello parece ser Aladdin. La nueva versión en live action del clásico inspirado en uno de los cuentos de Las mil y una noches llega este fin de semana a cartelera, pero parece que no lo hará con el beneficio de críticas destacadas, sino que más bien ha dejado poco sorprendidos a los profesionales que han podido ver el recuento de la cinta animada de 1992.
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Dirigida por Guy Ritchie, la cinta ve a Aladdin (Mena Massoud), un joven ladrón, utilizar los tres deseos que el Genio (Will Smith) de una lámpara le concede para impresionar a la princesa Jasmine (Naomi Scott), la heredera del reino de Agrabah, quien sólo puede casarse con otro monarca. Las cosas se complican a la pareja cuando el malvado consejero del sultán decide utilizar esa antigua magia para convertirse él mismo en el hombre más poderoso del mundo.
A unos días de su estreno, Aladdin - 70% ha recibido una calificación casi aprobatoria. Quizá lo más correcto sería hablar de una cinta que ha dividido opiniones, pero que se inclina hacia lo negativo. No tanto por hacer un mal uso de la historia o modificar sus elementos, sino más bien por no hacer nada que realmente la distinga de la original o eleve la trama que ganó dos premios Óscar en su momento.
Al leer las críticas, parece que el mayor pecado del remake es carecer de propósito. Sí, la música está ahí, los valores de producción también e incluso los protagonistas, que no habían convencido cuando se anunció el casting y se lanzaron los primeros adelantos, han recibido un par de buenas menciones, pero el consenso parece ser que palidece en comparación con la original.
Los comentarios de reseñas más positivas hablan de lo vibrante de los números musicales y de la exaltación de las culturas árabes representadas. Un poco menos quisquillosos, estos críticos consideran que el filme tiene su propio encanto incluso si éste no puede ser comparado al de su antecesora. El carisma de Smith parece ser deseo concedido a la cinta, pues casi todos concuerdan en que él carga el alma de la película por mucho.
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Aladdin - 70% parece no haber encontrado la misma magia que la original, pero tampoco es la decepción que se auguró con los primeros adelantos. Dependiendo las expectativas y lo demandante de los espectadores, podría resultar satisfactorio por lo menos para recordar la historia fantástica que hizo vibrar a pequeños y grandes hace más de 20 años. Aquí las críticas más destacadas.
Katie Walsh en Tribune News Service:
Ritchie sabe qué preservar, qué mejorar. Si no está roto, no lo arregles y el resultado de Aladdin es divertido, celebratorio y sí, nostálgico.
Soren Anderson en Seattle Times:
Tiene una alfombra voladora. Tiene una lámpara encantada. Tiene un genio que cambia de forma, pero Aladdin, carece de verdadera magia.
A.O. Scott en New York Times:
La película por sí misma no es completamente terrible, mucho se hizo con el dinero, incluso un poco de arte, pero es irrelevante de una forma particularmente agresiva.
Sandra Hall en Sydney Morning Herald:
Un recuerdo de los 50 y la cúspide del musical de MGM, cuando varios países y culturas estaban juntos en vibrantes composiciones de canciones, bailes y exóticos sets y disfraces.
David Sims en The Atlantic:
Incluso con un colosal presupuesto y la espectacular teconología de la que Disney dispone, los actores no pueden replicar la frenética emoción de la caricatura.
Brian Truitt en USA Today:
Aunque hay cierto encanto que hace falta en el remake, Smith lo hace todo para poder compensarlo.
Michael Phillips en Chicago Tribune:
Los números musicales están escenificados y editados como si el director jamás hubiera visto un musical
Johnny Oleksinski en New York Post:
El estudio debe haber frotado su lámpara mágica, porque el filme familiar sorprendió siendo brillante, reluciente y espléndido.
Justin Chang en Los Angeles Times:
Las mejoras son principalmente cosméticas, lo que no es razón para descalificar sus placeres.
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