El remake mexicano del clásico de la comedia romántica estadounidense de la década de los 90, La Boda de mi Mejor Amigo - 71% ya tiene primeras críticas, y no son nada complacientes. Hay críticos que incluso le dan una estrella y media de calificación. Los adaptaciones al filme original no cayeron nada bien a los reseñistas que señalan que no sólo no aporta algún elemento refrescante sino que es una lamentable y pobre intento de remake. Una calca tal y cuál con algunas modificaciones. Parece que la falta de imaginación prevaleció en esta producción que olvidó qué hizo icónica a la cinta de 1997 estelarizada por Julia Roberts, Cameron Diaz, Dermot Mulroney, Rupert Everett y más.
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En la versión mexicana el papel de Roberts está a cargo de Ana Serradilla, como Julia, mientras que el de Cameron cae en los hombros de Natasha Dupeyrón, el galán en disputa es Carlos Ferro, y el amigo que llega al rescate de Julia, es el personaje de Miguel Ángel Silvestre. El argumento sigue a una crítica gastronómica exitosa, que la cumplir los 35 años recuerda que ella y su mejor amigo Manu (Ferro) y amor de toda la vida, se hicieron una promesa: casarse si llegados los dicho treinta y pico no tenían pareja. Igual que en la cinta de P.J. Hogan. Pero los planes se vienen abajo cuando Manu la invita a su boda con una chica de lata sociedad. Julia entre en conflicto y echa mano de todos sus encantos para terminar con el casamiento de su mejor amigo.
Si la película de los 90 maravilló a la crítica fue por la frescura que aportó al género en aquel momento, con total control de la farsa, sin caer en lo grotesco, con protagonistas encantadores, un guión inteligente de Ronald Bass . La mexicana, según destacan los periodistas cinematográficos, cae en lo vulgar. Recordemos el polémico cartel en el que se vendía a las “primas fresas y zorras”. Con diálogos que hacían referencia a la época, situaciones hilarantes, pero elegantes. Aquí todo eso que se intenta copiar, se ve falso y anacrónico, según apuntan los críticos. El cineasta Celso R. García dirige La boda de mi mejor amigo, un segundo largometraje que se estrella con la crítica, después del buen recibimiento de su ópera prima, La Delgada Línea Amarilla - 88%.
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El guión estuvo a cargo del director mexicano, Gabriel Ripstein , realizador de películas aclamadas como 600 Millas - 93%. La película todavía no tiene calificación de la crítica, será hasta después de su primer fin de semana que comenzarán a llegar más opiniones y sabremos con cuanto debuta el desafortunado, al menos eso nos dejan ver las primeras reseñas, que a continuación les compartimos:
José Felipe Coria en El Universal:
El cuarteto de actores (Ana Serradilla, Natasha Dupeyrón, Miguel Ángel Silvestre, Carlos Ferro) parecen muñecos de teatro guiñol en festival nada divertido que exalta el sobado concepto de que la única felicidad femenina se encuentra en el matrimonio.
Alejandro Alemán en Reforma:
Este es un gran ejercicio para entender, curiosamente, a Hollywood, y es que al ver los animosos, pero fútiles, intentos de Ana Serradilla y Natasha Dupeyrón por emular a Cameron Díaz y Julia Roberts, uno entiende que ser una estrella no sólo es verse bien, es actuar mejor.
Mabel Salinas en Cine Premiere:
La boda de mi mejor amigo acribilla una de las escenas más icónicas de las comedias románticas hollywoodenses: el momento en que todo el elenco canta en un restaurante de mariscos “I Say a Little Prayer for You”, interpretada por Diana King en el soundtrack original y compuesta por Burt Bacharach. Más allá de la canción elegida –la cual puede gustar no–, a la escena le falta espontaneidad como al resto del filme.
Redacción de Coolture:
El reto para la versión mexicana era enorme y lamentablemente, no fue superado. No te decimos qué canción se usó en su lugar para evitar spoilers, pero seguro habrá decepción en tu rostro.
Redacción de Diario Basta:
El director Celso García y el guionista Gabriel Ripstein, no se toman mayores dificultades y siguen casi al pie de la letra la historia original de P.J. Hogan y Ronald Bass, es una calca tropicalizada de dicha historia, con algunos ajustes que no afectan para nada la trama.
Maximiliano Torres en Sector Cine:
Este apego a la fórmula del guion no se procura igual en la fórmula del casting. Se puede decir algo en defensa de casi todos: Ana Serradilla no fracasa olímpicamente como lo esperaríamos de cualquier actriz mexicana que intente ponerse en los zapatos de Julia Roberts. Su personaje es el que más parece vivir en el 2019.
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