El 3 de octubre del año 2017, los periódicos estadounidenses The New York Times y The New Yorker publicaron una serie de artículos en los que se exponían las conductas sexuales inapropiadas de Harvey Weinstein, uno de los productores cinematográficos más reconocidos y más importantes de Hollywood. En las publicaciones, se mencionaba que una docena de mujeres habían declarado ser víctimas del productor, no únicamente de acoso sexual, sino que las acusaciones incluían casos de violación.
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Eso fue lo que respondió Weinstein a los diarios neoyorkinos tras las acusaciones iniciales en su contra, pues evidentemente no veía venir la avalancha que estaba por caer sobre él. Tras estas primeras publicaciones realizadas, nuevas denuncias en su contra comenzaron a hacerse públicas, todas ellas hechas por mujeres dentro y fuera de la industria cinematográfica, quienes, tras lo que se dijo en el New York Times, se armaron de valor para hablar por primera vez y exponer años de abuso. Los artículos fueron galardonados con el Premio Pulitzer a la excelencia periodística, mientras que Harvey Weinstein, cuyas películas acumularon un total de 300 nominaciones y 81 Premios Óscar , lo perdió todo.
Por supuesto, el magnate cinematográfico, quien hasta entonces se consideraba intocable, negó todas las acusaciones y las tildó de ridículas y exageradas, sin embargo, estas se iban multiplicando cada hora y no tuvo que pasar mucho tiempo para que nombres importantes salieran a relucir. Rose McGowan, Asia Argento, Salma Hayek, Ashley Judd, Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow, Léa Seydoux, Cara Delevingne y Rosanna Arquette, entre varias actrices más, admitieron haber sido víctimas, de una forma u otra, de las conductas sexuales inapropiadas de Weinstein.
Llegó un punto en que las denuncias ya no se pudieron negar, y, más importante aún, no se pudieron seguir ignorando, lo que consecuentemente resquebrajó la armadura con la que Weinstein se había escudado tantos años. Consecuentemente, el productor fue expulsado de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, de la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión, del Sindicato de Directores de Estados Unidos y de su compañía productora, The Weinstein Company, que nos meses más tarde se declararía en bancarrota.
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El 25 de mayo del 2018, Harvey Weinstein fue arrestado por la policía de Nueva York bajo los cargos de violación, acto sexual delictivo, abuso sexual y conducta sexual inapropiada en casos aislados y hacia diferentes mujeres. Gracias a una fianza de un millón de dólares, el productor pudo salir, permaneciendo bajo arresto domiciliario en espera del juicio en el que, de encontrarse culpable, podría ser sentenciado a cadena perpetua en prisión.
Weinstein, el primer caso palpable de la situación de las mujeres en la industria del entretenimiento, fue el desencadenante para la visibilidad y creación de movimientos que buscan mejorar las condiciones en Hollywood, como #MeToo y Time’s Up, que desde entonces han sido encabezados por actrices de renombre y por propias víctimas del productor caído en desgracia, como Rose McGowan y, en su momento, Asia Argento, dos actrices que levantaron cargos por violación.
Las cosas en el negocio del cine en Estados Unidos han sido diferentes desde entonces pues, ahora que se encuentra en la lupa del mundo, todos han tenido miedo de pisar sobre hielo delgado, sabiendo que este se puede romper en cualquier momento y hundirlos por completo. Durante los pasados doce meses se ha pretendido ofrecer mejores condiciones laborales a las actrices y realizadoras, así como presentarles un lugar más seguro para desarrollar su oficio. A pesar de que el tópico de visibilidad sigue siendo uno difícil, el 2018 fue un año en que películas como Ocean's 8: Las Estafadoras - 58%, protagonizada enteramente por mujeres, pudo ser estrenada sin recibir el estigma del que sufrió en su momento Cazafantasmas - 73%.
Por el otro lado, las ofensas sexuales de cualquier tipo son castigadas severamente, ya sea directa o indirectamente, algo que sí se ha podido notar en semanas recientes con el arresto de Bill Cosby, acusado de violación, o la desvinculación pública que han hecho compañías enteras y actores del director Woody Allen, quien actualmente ha sido bajado de su pedestal de grandeza.
Kevin Spacey , quien también fue señalado de conducta sexual inapropiada, fue despedido de House of Cards - 85%, la popular serie de Netflix en la que era protagonista; además, fue completamente remplazado de la película de Ridley Scott Todo el Dinero del Mundo - 63% y sus demás proyectos han sido fracasos en taquilla. Roman Polanski, quien durante muchos años ha vivido bajo la sombra de una denuncia de abuso sexual a una menor de edad, fue expulsado también de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood.
El despido de James Gunn de Guardianes de la Galaxia Vol. 3 fue un caso que, a pesar de que molestó a millones de fans, fue fuertemente influenciado por movimientos como #MeToo y Time’s Up, y es que a pesar de que su situación específica no se derivó de una acusación formal por acoso o abuso sexual, sus comentarios sexuales inapropiados en el pasado hicieron que The Walt Disney Company decidiera no arriesgarse y cortar lazos con él con efecto inmediato, buscando así evitarse cualquier situación similar a la de Spacey o, incluso, a la de Weinstein.
El incidente más reciente es el de la actriz y realizadora italiana Asia Argento, que fue una de las tantas mujeres que acusó a Weinstein por violación. Su situación en particular fue una bastante incendiaria dado que ella, al ser una de las voceras principales de #MeToo, fue acusada, también por en New York Times, de haber mantenido relaciones sexuales con un menor de edad, para después pagarle por mantener el encuentro cubierto. Argento fue despedida de su trabajo en el programa de televisión X Factor Italia y desde entonces ha sido relevada en el movimiento de Hollywood.
Con la caída de Harvey Weinstein hubo quienes opinaron que la industria del cine en Estados Unidos se enfrentaba a derrumbarse por completo y es que, para bien o para mal, este hombre era uno de los pilares sobre los que Hollywood estaba tan cómodamente montado. Estuvo bien que la industria “colapsara”, porque entonces se les dio oportunidad a sus miembros de reconstruirla con piezas más fuertes y de equilibrarla de modo que también las mujeres puedan ser parte fundamental de ella y no solo un accesorio o un premio. Que Weinstein, la vergüenza de Hollywood, sirva para eliminar todo lo que está mal con este negocio.
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