Pocos directores son los que pueden dar significado al calificativo autor como Stanley Kubrick. Meticuloso hasta rayar en lo obsesivo con especial atención en los más mínimos detalles, el director nacido un 26 de julio de 1928 en Nueva York, Estados Unidos, ha pasado a la historia como uno de los cineastas más influyentes del siglo XX por su innovación técnica y enigmática estética siempre fiel a su propuesta formal y narrativa. Kubrick es la definición del cineasta autodidacta que dejó su trabajo como fotógrafo en la revista Look para crear filmes que, según se ha documentado, superaran el puñado de películas malas que vio en el cine Loew’s Paradise durante su juventud, aunque aquí vale la pena precisar que el trabajo visual del director de El beso del Asesino - 84% siempre tuvo su raíz en las enseñanzas de la fotografía, muestra de ello lo encontramos en las estilizadas y simétricas composiciones visuales de sus trabajos más célebres: 2001: Odisea del Espacio - 
96%, El Resplandor - 92% y La Naranja Mecánica - 89%.
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Precisión, estilización y calculo son las características principales en el estilo de Stanley Kubrick a lo cual se suma el simbolismo presente en sus largometrajes cuyas puestas en escena bien podrían incluir símbolos fálicos, colores connotantes o mensajes explícitos para hablar de sus temas recurrentes: la sexualidad, la violencia, el amor, el deseo, las pasiones y la trascendencia. Debido a todo lo anterior, a Kubrick también se le debe la imagen del director con un alto coeficiente intelectual y quien elevó el estatus de “director de cine” a cineasta como orquestador de todo un equipo cuya influencia principal fue el trabajo de los cineastas Max Ophüls y Sergei M. Eisenstein.
Luego de su exploración con el cortometraje, el neoyorquino inauguró su carrera en el largometraje con Miedo y Deseo - 83% cerrándola con Ojos Bien Cerrados - 74%, película de la que ya no llegaría a ver su estreno ya que éste ocurrió el mismo año de su muerte: 1999. Stanley Kubrick dejó un legado de piezas fundamentales para la historia del cine que ahora son considerados clásicos es por eso que, en seguida, hacemos un repaso por aquellas obras que han sido las mejor calificadas por la crítica especializada.
Dr. Insólito o Cómo Aprendí a No Preocuparme y Amar la Bomba - 99%
Una crítica mordaz a la locura de la Guerra Fría en clave de sátira para apostar por un mensaje antibélico mostrando los posibles efectos de un ataque nuclear. En esta cinta en blanco y negro el director sigue a un general demente que, convencido de que los comunistas están contaminando Estados Unidos, ordena en un arranque de locura, un bombardeo nuclear aéreo sorpresa contra la Unión Soviética, mientras esto ocurre, el presidente de la nación reunido con otros mandatarios del mundo, se reúnen en el cuarto de guerra para tratar desesperadamente de frenar dicho ataque. Considerada por muchos como la película más radical del cineasta, la película ostenta el título de ser la mejor calificada en nuestro Tomatómetro. En su comentario para el Chicago Reader, Jonathan Rosenbaum escribió:
Como la mayor parte de su obra, la mortal y negra satírica comedia-thriller de Stanley Kubrick sobre la locura de la Guerra Fría y sus posibles efectos ha envejecido bien.
La segunda intervención del director en el cine negro es todo un ensayo de que las pasiones humanas siempre serán la némesis de la razón. El filme sigue al ex convicto Johnny Clay (Sterling Hayden) quien ha decidido dar su último golpe para cerrar su carrera delictiva y poder retirarse a vivir una vida apacible al lado de su amada Fay (Coleen Gray): robar el dinero recaudado en las apuestas que los aficionados a las carreras de caballos hacen en el hipódromo; pero, aunque todo está fríamente calculado, Johnny se dará cuenta que hay variables que escapan incluso a lo más imprevisto en su plan. En su revisión para Antagony & Ecstasy, el crítico Tim Brayton señaló:
Una de las indiscutibles marcas de agua del cine de crimen norteamericano cuyos ecos aún se sienten en un gran número de maneras.
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2001: Odisea del Espacio - 96%
Considerada una de las películas más influyentes para el género de la ciencia ficción (o si no es que la película principal), así como una de las más controvertidas, 2001: Odisea del Espacio - 96% se presenta como una reflexión sobre la humanidad y su locura, la evolución y el dominio de razas o tecnologías superiores, una propuesta que más que un filme es un concepto, en este sentido, Roger Ebert, en su reseña para el Chicago Sun-Times, destacó:
La mayoría de las películas tratan sobre personajes con objetivos (…) 2001 no trata sobre un objetivo sino sobre una aventura, una necesidad…
Barry Lyndon (Ryan O'Neal) es la imagen por excelencia del trepador social pero a su vez (y gracias a eso), es también uno de los relatos más conmovedores sobre el humanismo y la bondad. Más recordada por sus aportaciones técnicas como la mítica secuencia iluminada con luz de velas, el filme de época ambientado en el siglo XVIII que adapta la novela homónima del escritor William Thackeray sigue la vida de Barry Lyndon desde su juventud ambiciosa hasta su solitaria vejez. En su texto para Time Out, el crítico Wally Hammond, indicó:
Una de las visiones más conmovedoras y sostenidas (se ejecuta en más de tres horas), incluso cínica, del cine sobre la impotencia de un individuo.
La épica que se cuenta fue una producción “por encargo” sigue a Espartaco (Kirk Douglas), un esclavo tracio vendido como gladiador que dirigió la rebelión de esclavos contra la República romana. A pesar el estudio tuvo una fuerte intervención en esta película, Kubrick logró añadirle su estilo mientras el ensamble entregaba sus mejores actuaciones. En su reseña para Matt’s Movie Reviews, el crítico Matt Easterbrook afirmó:
Hasta este día Espartaco permanece como una de las epopeyas de acción más grandes.
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Adaptando la novela homónima de Vladimir Nabokov , Stanley Kubrick lidió con la censura entregando una sutil lectura a la historia de amor y deseo prohibido del profesor cuarentón Humbert Humbert (James Mason) y la chiquilla Dolores Haze (Sue Lyon), “Lolita”. Aunque al final Kubrick cedió ante la restricción y el corte final no fue la película que siempre tuvo en mente, el filme fue objeto de polémica durante su estreno y su valor fue reivindicado con el paso del tiempo. El staff de TV Guide’s Movie Guide, opinó sobre lo siguiente sobre la película:
Una fascinante película problemática de Stanley Kubrick , tal vez el más obsesivo de los grandes autores de la década de 1960.
Otro manifiesto antibélico, con Cara de Guerra - 94% Stanley Kubrick encontró la forma más efectiva y devastadora para mostrar los daños deshumanizantes de la guerra, específicamente de la Guerra de Vietnam, a través de los ojos de un grupo de soldados encabezados por Bufón (Matthew Modine) y su implacable entrenamiento a cargo del sargento Hartman (R. Lee Ermey). Divida en dos partes cuyo primer acto se eleva muy por encima del primero por su transgresión y radicalismo emocional, la película es una pieza inquietante que raya en el terror por su realismo, en este sentido, el crítico Richard Corliss detalló en su comentario para TIME Magazine:
Cara de Guerra no es una película realista - es superrealismo de terror cómico, desde una perspectiva del ojo de Dios - pero debería participar plenamente como gruñido de película ordinaria.
El primer manifiesto antibélico de Stanley Kubrick protagonizado por Kirk Douglas, La Patrulla Infernal se enfocó en la deshumanización de los militares durante la Primera Guerra Mundial en torno a un ataque suicida del Ejército francés contra la defensiva alemana, sin embargo, luego de su fracaso, el general Mireau (George Macready) buscará darle un castigo ejemplar a su tropa. Considerada “cultural, histórica y estéticamente significativa” por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, de esta película dijo el crítico Ken Tucker en su en su reseña para New York Magazine/Vulture lo siguiente:
La Patrulla Infernal es acerca de la grandeza que es el tema de todas las películas: poder.
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Stanley Kubrick adaptó una de las novelas más emblemáticas de Stephen King en 1980 que ha pasado a ser una de sus películas más celebradas mientras que para el autor ésta se ha erigido como una de sus mejores adaptaciones a la gran pantalla muy a su pesar y es que, por todos es sabido que King nunca estuvo conforme con la lectura que hizo Kubrick de su obra, la cual se desvía de la línea principal para tejer un escalofriante y meticuloso viaje a la psique de un ¿demente?, ¿fantasma? La respuesta es tan estimulante como el perturbador tratamiento de la cinta. Del choque de visiones, el crítico James Berardinelli, escribió en su revisión para ReelViews lo siguiente:
Como una historia de fantasmas y adaptación de la novela de Stephen King, es en gran medida un fracaso. Por otra parte, como un ejemplo de bravura como director y como un estudio de la locura y el narrador no fiable, es un éxito brillante.
Transgresora, incómoda pero inquietante y estimulante, esta fría pesadilla distópica fue el detonante para que Stanley Kubrick presentase otra exploración a la locura y a los instintos básicos a través de la mente trastornada de Alex (Malcolm McDowell), un joven agresivo movido por dos pasiones: la violencia y Beethoven. Además, Alex es el líder de la banda de los drugos quienes dan rienda suelta a sus instintos dejando un rastro de salvajes golpizas, violaciones y creando terror, pero cuando sus acciones escalan al asesinato, Alex es capturado y puesto en prisión donde se ofrecerá como voluntario para someterse a un innovador experimento que pretende anular cualquier conducta agresiva y antisocial. Adaptando la obra del mismo nombre escrita por Anthony Burgess, la película sigue siendo una de las más impactantes de Kubrick. En su reseña para Variety, el crítico A.D. Murphy, aseguró:
…toma las fuertes realidades de los síndromes de "hacer -tu propia- cosa y "la ley y el orden" , los ejecuta a través de una centrífuga cinematográfica , y vomita los horrores cómicos mezclados de una sociedad regulada.
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