Silencio: entrevista con Rodrigo Prieto

Más de 25 años tuvieron que pasar para que el maestro Martin Scorsese pudiera filmar Silencio - 84%, adaptación de la novela japonesa homónima escrita por Shūsaku Endō y un verdadero proyecto pasional para el también responsable de clásicos religiosos como La Última Tentación de Cristo - 82% y Kundun - 76%. En esta ocasión, Scorsese nos lleva a explorar la brutal razón por la que en Japón el cristianismo jamás logró afianzarse como una de las religiones populares.

El reparto y equipo de Scorsese cambió a lo largo del tiempo y, finalmente, el mexicano Rodrigo Prieto tuvo la oportunidad de colaborar como cinefotógrafo del proyecto, luego de haber iniciado una relación laboral con el director en El Lobo De Wall Street - 78%. Prieto fue nominado al premio Óscar por su trabajo, única mención que recibió Silencio - 84%. A pesar de la falta de nominaciones, sin duda de trata de un trabajo mayor de ambos y para Tomatazos fue un honor poder platicar por algunos minutos con Prieto sobre, entre otras cuestiones, el proceso creativo, los temas y las influencias detrás de Silencio - 84%

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Tomatazos: Sé que como cinefotógrafo no te interesa solo filmar bellas imágenes sino la historia que se contará a través de ellas. ¿Qué fue lo que más te impactó del guión de Silencio - 84%?

Rodrigo Prieto: Para mí el tema de la fe, ¿qué significa la fe? Eso fue lo que más me movió. El momento en el que los personajes se ven enfrentados a la disyuntiva, ¿por dónde se van? Por lo que les ha enseñado la religión a estos sacerdotes, que el martirio es la máxima gloria, o por la compasión. Eso me mueve mucho. Por otro lado, ya a nivel técnico, al darme cuenta que habían muchas escenas nocturnas, en interiores y exteriores, sabía que iba a ser un reto muy grande. Entonces desde el proceso de preparación empecé a buscar las formas de lograr estas oscuridades y noches. Claro, mucho también lo determinaban las locaciones, había lugares donde no podía meter equipo de iluminación pesado para lograr luz de luna. Diseñar cómo hacer la noche en ese tipo de locaciones, hablarlo con Scorsese y con efectos visuales, fue todo un proceso.

Tomatazos: Silencio - 84% es un proyecto que a Scorsese le tomó más de 20 años, entonces imagino que habían muchas ideas que quizás se fueron con el tiempo. ¿Cómo fue tu primera discusión con Scorsese y qué ideas le aportaste tú que no existían antes?

Rodrigo Prieto: Sí, de hecho Scorsese a lo largo de los años más bien se clavó en la historia y en el guión. Él manifestó en algún momento que el no haber hecho la película cuando primero leyó la novela y empezó a adaptar el guión, 28 años atrás, le permitió vivir la vida, tener otra hija, el tiempo que vivió con su esposa de ahora... en fin, maduró, también en el sentido espiritual y en el entendimiento suyo del tema de la fe. Es la película que él tenía que hacer en este momento.

A nivel fotográfico, él no tenía un concepto muy hecho, más bien fue a través de las discusiones que tuvimos, ir pensando cómo visualizar la película, hablarlo, ver imágenes y yo filmar pruebas, proyectarlas, ver qué le gusta y qué no. Yo disfruté muchísimo todo este proceso y ahí está la película.

Tomatazos: Hay varias imágenes muy bellas pero al mismo tiempo son brutales, por ejemplo cuando tienen a los cristianos en el llamado "infierno". ¿Cuál secuencia fue la que más te afectó emocionalmente a la hora de ejecutarla?

Rodrigo Prieto: Muchos momentos, uno que recuerdo con claridad es cuando hay una crucifixión de tres japoneses y los padres no pueden hacer nada al respecto y tienen que ver este momento tan dramático pero si tratan de ayudar todo se cae o por lo menos su misión de mantener vivo al cristianismo en Japón; entonces es el gran dilema para ellos. Hay un momento donde uno de los habitantes del pueblo empieza a cantar en la cruz, uno de ellos ya murió; él canta de una manera bellísima y nada más de oír esa voz, incluso ahora al recordarlo, se me mueve la entraña [risas]. Ese fue un momento muy especial para mí.

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Tomatazos: Hay un tema muy grande del choque de culturas e ideologías, pero también seguimos de cerca la lucha interna del padre Rodrigues. ¿Qué fue lo más fascinante de filmar y tratar de expresar tanto la lucha de fe como el dolor del personaje de Andrew Garfield?

Rodrigo Prieto: Exactamente, está el mundo externo y el mundo interno en esta película. A través de la naturaleza se manifiesta el mundo externo y también con lo que le presentan los japoneses y los samuráis a los padres. Rodrigues es testigo de lo que está ocurriendo y nosotros como espectadores también. Entonces fotografiar su drama era lo más importante y poner al espectador en su perspectiva; no significa que como espectador tengas que estar de acuerdo con él porque la película no toma partido, no es la película que profesa que los misioneros son los que estaban en lo correcto. Es más bien un cuestionamiento sobre eso, el choque de culturas, religión y creencias. Para mí fue muy emocionante tratar de traducir ese conflicto a nivel visual.

Tomatazos: ¿Te dio alguna referencia Scorsese a la hora de investigar sobre la época y los temas? Porque sé que, por ejemplo, para La Última Tentación de Cristo - 82% hubo un research impresionante de libros, películas, etc.

Rodrigo Prieto: Una gran parte de la investigación para esta película fue histórica, Scorsese tenía un equipo de personas buscando todo tipo de imágenes, más que nada porque quería que fuera auténtico. En ese sentido no nos clavamos en ver a Akira Kurosawa o cosas así, porque él no quería reproducir la imagen que ha hecho el cine de Japón. Aunque supongo que a él, al haber visto tanto cine, inevitablemente eso lo influye, como a todos los que hacemos cine. Sí vimos un par de películas japonesas, una es Ugetsu - 100%, que es de principios de los años cincuenta; hay unas imágenes específicas de unos barcos en la noche que usamos como referencia. La otra es Gate of Hell - 100%, película japonesa también de los cincuenta, aunque esta no fue una referencia específica sino más bien la coloratura que inspiró un poco las imágenes que hicimos.

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