Todo está listo para que inicie la quinta edición del Festival Internacional de Cine de Los Cabos, un encuentro fílmico en el que podremos disfrutar de una variada oferta cinematográfica con producciones originarias de diversas latitudes del mundo, principalmente de Canadá, Estados Unidos, Latinoamérica y, por supuesto, México, país que tendrá como una de sus representantes a William, El Nuevo Maestro Del Judo,cinta que es más de lo que sugiere su peculiar y llamativo título, y que forma parte de la Selección Oficial en competencia de este año en la sección de México Primero.
William, El Nuevo Maestro Del Judo es un experimento cinematográfico en todo el sentido de la palabra, se trata de una película parte documental y parte ficción cuya historia es contada a partir de la figura de William Clauson, un residente de Tijuana de ascendencia sueca que es poco común y que en algún momento de su vida fue un conocido cantante de folk que permaneció activo en la escena musical entre los años 50 y 80. A sus 86 años de edad, este hombre se ha convertido en el protagonista de un relato que aborda temas como las emociones, los enfrentamientos, las búsquedas, los desvaríos, las decepciones, los hundimientos, las pantomimas y los renacimientos.
Mientras se cruzan las narrativas, las dudas existenciales marcan los ciclos de esta casi ficción fílmica. Tijuana es el escenario de diversas historias protagonizadas por actores y no actores que se meten de lleno en la historia para ofrecernos una realidad en la que existe una interrogante constante que adquiere peso y solidez: ¿qué vas a hacer para que yo me sienta querido?
Después de haber dirigido Navajazo - 67%, Ricardo Silva y Omar Guzmán hacen equipo de nuevo, esta vez para dirigir William, el nuevo maestro del judo. Antes de que la cinta semidocumental se estrene en el Festival Internacional de Cine de Los Cabos, platicamos con uno de sus dos directores, Ricardo Silva, quien nos habló acerca de cómo hacerla, la historia que se quería contar y la forma en la que el protagonista fue una inspiración para crear un interesante relato que es ficticio y real a la vez.
Tomatazos: ¿Cómo se les ocurrió contar esta historia y por qué decidieron hacerlo de la forma en la que lo hicieron
Ricardo Silva: Es una película que quisimos contar de alguna forma, pero no tanto como una historia, a nosotros nos gustan mucho las metodologías de grabación, pensar el cine y hacer cine sobre el cine. En William, el nuevo maestro del judo, el pretexto y del detonador es el tiempo. Es una película sobre la longevidad y sobre lo complicado que puede ser alguien eterno, alguien que ve todo, y es una película bastante bíblica en ese aspecto porque tenemos bastantes momentos de la resurrección. Es una película que intenta completamente convertirse y ser consciente de que es una película, hay una conciencia y el mismo hombre que es el narrador sabe que es una película, hay una interacción entre esta voz y el espectador todo el tiempo. La película nace porque, yo vivo aquí en Tijuana, y en algún momento conozco a este hombre sueco que vive aquí en Tijuana y con este background importante que él tenía. Empezamos a visitarlo más seguido y el momento en el que nos damos cuenta que se puede hacer una película, fue cuando empezamos a filmar sus álbumes familiares y nos dimos cuenta que eran imágenes que eran muy difusas, para mí era una figura muy extraña porque vivía en este local que sale en la película. Creo en hacer películas que nos hagan reflexionar sobre el mismo cine y lo que estamos viendo.
Tomatazos: ¿Cuál era la historia que querían contar y cómo fue que la desarrollaron?
Ricardo Silva: Cuando yo lo conocí a él, me imaginé una historia completamente dramática sobre porque vive aquí y me empecé a construir una imagen en mi cabeza, empecé a construir una película completamente y cuando más me voy acercando a la verdad, ésta es menos interesante de lo que yo pensaba. El documental puede ser un arma tan difícil porque es muy decepcionante cuando no encontramos eso con lo que pensamos que íbamos a hacer la película, entonces a mí me gustaba mucho pensar en sus verdades que se van convirtiendo en mentiras y llega un punto en el que es difícil saber dónde empieza la verdad y dónde empieza la mentira. Cuando conozco la situación real del individuo, de William, es cuando me doy cuenta que podemos construir una película con estos elementos, tomando a este personaje real e ir convirtiendo a William en esta voz que sea como la manifestación de la eternidad y del tiempo.
Para mí es muy difícil distinguir si la película es documental o ficción. Trabajar entre la ficción y la realidad, para mí tiene cierta fuerza. Si ocurre algo en el set que no se nos ocurre y que realmente no estaba planeado, tenemos una buena película. Cuando ocurre algo que no está siquiera en mi cabeza es cuando yo digo ‘algo hicimos bien’ y tenemos una buena película, esa es la sensación en toda la película. Hay caprichos de nosotros como realizadores de querer que otros hombres lo interpreten a él [William] y él está en desacuerdo y es una película que tiene conflictos, la voz está en desacuerdo con las cosas que nosotros hacemos con la película porque realmente no es William al que nosotros tratamos de retratar, es como una crítica a nuestro propio trabajo y tratamos de hacer una biografía que ni siquiera el mismo individuo reconoce y acepta.
Tomatazos: Uno de los personajes que aparecen en la película es el diablo, ¿por qué incluyeron y por qué lo presentaron de la forma en la que lo hicieron?
Ricardo Silva: Yo y Omar [Guzmán] somos fans del black metal a todo lo que da. Tenemos una influencia con la cosa oscura, pero el diablo para nosotros también representaba esta división entre la ficción y la realidad dentro de la película.
Tomatazos: ¿Cómo es trabajar con actores y no actores?
Ricardo Silva: Los actores siempre esperan una guía y entender lo que hacen, pero se entienden a ellos mismos como actores. Los no actores no entienden el objetivo pero entienden el espacio y entienden completamente su lugar. El actor pregunta y hace mucho trabajo, pero es como una desventaja porque el que no es actor simplemente aplasta al actor. Tú como parte de la audiencia realmente identificas quién no es el actor y quienes son los actores, sabes quién trae el diablo adentro y quién no.
Tomatazos: ¿Cómo consiguieron el financiamiento para hacer William, el nuevo maestro del judo?
Ricardo Silva: Es una película pagada completamente con fondos de otros festivales de cine en los que ganamos con Navajazos, llegamos a ganar en estos festivales y empezamos a tener un recurso que no teníamos. Somos exactamente el mismo equipo que hizo Navajazos. Es algo complicado conseguir el financiamiento, nuestras películas son cosas que se hacen durante un año completo y dependemos también de tener el equipo necesario para poder filmar.
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